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MANILA, FILIPINAS.- Docenas de soldados renegados atacaron en la madrugada de ayer un importante centro comercial en el sector financiero de la capital filipina, horas después que la presidenta filipina ordenó el arresto de un grupo de militares amotinados, que se cree conspiraban para un golpe de Estado.
Soldados con uniformes de combate fueron vistos cuando colocaban explosivos en varios puntos del complejo comercial Glorietta, que incluye uno de los centros comerciales más grandes de la capital filipina, y frente al Hotel Internacional. Impidieron que los huéspedes buscarán refugio en otro lugar.
“Hemos colocado esos explosivos a fin de defender nuestra posición. Si tratan de desalojarnos, nos obligarán a usarlos”, dijo el teniente de la marina, Grade Antonio Trillanes, a los periodistas. El militar es uno de los oficiales que la presidente Gloria Macapagal Arroyo ordenó que fuesen arrestado.
Un grupo de infantes de marina, que llevaban bandas de color blanco en el brazo, se acercaron al lugar, pero no tomaron ninguna acción para un enfrentamiento.
El incidente se produjo horas después que la presidenta Arroyo ordenó el arresto de un grupo de militares de menor rango, que trató amotinarse ayer después de desertar con sus armas.
No se aclaró cuál era el paradero de la presidenta y el gobierno no hizo ninguna declaración después de la toma del centro comercial.
Trillanes negó participar en un intento golpista. “No tratamos de arrebatar el poder... Sólo deseamos expresar nuestra protesta por este gobierno y por la jerarquía del comando de las fuerzas armadas de Filipinas”. Afirmó que tenía el respaldo de 2,000 oficiales y soldados.