Nueva York, EU.- El cantante Ricky Martin cumplió a cabalidad la promesa que hizo de dejar su alma en el escenario, en su reencuentro con el público latino de Nueva York, que enloquecido con su presencia y movimientos de cadera, lo aplaudió hasta el delirio en la sala del Madison Square Garden.
Aunque su espectáculo se limitó a unos 30 minutos, fueron los suficientes para causar el furor de miles de personas de todas las edades, que tuvieron que aguardar dos años, -por un retiro voluntario del artista- para estar nuevamente cerca de su ídolo.
Un impaciente público, desesperado por la larga espera, había reclamado la presencia de Martin a viva voz y se negaban a escuchar a los conductores de uno de varios conciertos que la Spanish Broadcasting System ofrecerá para celebrar su 20 aniversario.
La presentación de Martin estuvo precedida por la estrella colombiana Carlos Vives, que con el “sabor” del vallenato y la cumbia de su país había puesto a todos a bailar. Las palabras de Amelia Vega, Miss Universo 2003, -tras concluir la presentación de Vives- a la que el público recibió con un gran aplauso y expresiones de cariño, había aplacado por unos minutos la ansiedad de sus seguidores.
Sin embargo, tan pronto este apareció, cuando una pared giratoria lo trajo al medio del escenario, todo quedó atrás para dar paso a ensordecedores gritos y prolongado aplauso con el público puesto de pie y que no volvió a sentarse durante su presentación.
Entre las figuras que asistieron al espectáculo se encontraba la actriz puertorriqueña Roselyn Sánchez, protagonista de la película Chasing Papi.
Martin, que vestía pantalón de piel negro y camisa del mismo color, comenzó con “Jaleo”,- uno de los temas de su nuevo álbum Almas del Silencio-, con el que movía sus caderas como sólo él sabe hacerlo mientras aumentaba la histeria y adrenalina de sus fanáticos.
Al concluir, el artista, que tiene la capacidad de hacer que el público delire por él, guardó silencio por unos segundos en los que, con una sonrisa, miró complacido la sala.
Luego, les invitó a acompañarlo en su segundo tema Tal Vez, del que dijo “es una canción que describe un comienzo en mi vida”. “Muchas gracias por estar aquí, por apoyarme. Es un placer estar otra vez en este hermoso escenario, pero más importante, poder cantar a este público latino”, fueron sus primeras palabras en medio de los gritos de sus fanáticas.
“Esta noche les juro que voy a dejar mi alma en este escenario. Quiero cantar una canción que es muy especial porque describe lo que soy, de lo que estoy hecho. Vengo de una isla preciosa en el Caribe, en la que me enseñaron lo bonito que es ser parte de la Raza de mil colores”, señaló para dar paso a ese cadencioso tema, con el que contorneaba su cuerpo con sensuales movimientos al ritmo del tambor.
Martin se despojó posteriormente de su camisa -para beneplácito de las chicas- luciendo un ceñido suéter azul sin mangas que deja ver su bien contorneada figura, para interpretar La Bomba, un movido tema, en momentos en que el calor del público parecía haber llegado a lo máximo, tras lo cual se despidió dejando a todos en expectativa y cuestionándose si habría más.
No obstante, luego de unos segundos retornó con un popurrí de éxitos, que incluyó a Livin’ la Vida Loca, La Copa de la Vida y María. Antes de retirarse prometió volver el año próximo con su concierto de Almas del Silencio.
Fue a Vives -que llevó vaqueros cortos, camiseta y su rubio cabello tipo “rasta” - al que tocó iniciar el concierto y desde el principio, el público no dejó de bailar con la cadencia de sus canciones como Berlín se Parece a Barranquilla, Papa Dios, Fruta Fresca y La Gota Fría.
Tras el furor causado por Vives y Martin, le tocó el turno a la colombiana Soraya, en su retorno, tras tres años alejada de los escenarios en los que combatió el cáncer, quien interpretó Casi se me Escapa tema en promoción de su nuevo álbum y su éxito del ‘96, De Repente.
El grupo argentino Sin Bandera, que tuvo gran respaldo del público, cerró la noche con varios temas que sus seguidores cantaron con ellos y a los que recibieron y despidieron con un gran aplauso.