Alejandra Puentes Espino dio a luz a un niño horas después de que se registrara la tromba en Ciudad Lerdo.
CD. LERDO, DGO.- Mientras llovía Alejandra sólo pensaba en el hijo que estaba por nacer. Apenas si se enteró que la tromba del 22 de septiembre destruyó su jacal y sus pocas pertenencias. Lo único que le importaba en ese momento era pedirle a Dios para que todo saliera bien en el parto.
Desde el domingo Alejandra Puentes Pineda y sus hijos llegaron al albergue de Lerdo, su jacal se destruyó por completo y no tuvieron a dónde más acudir. La tromba del lunes por la noche acabó con la poca esperanza que había de poder regresar a su hogar.
Las cosas no fueron más sencillas para Alejandra ya en el albergue. Los dolores del parto comenzaron y se hicieron cada vez más fuertes. En el Hospital General de Lerdo, no la aceptaron cuando llegó el momento de dar a luz: había una fuga de aguas negras en el quirófano y la electricidad fallaba. Fue necesario trasladarla en una ambulancia al Hospital General de Gómez Palacio.
Alejandra decidió ponerle a su hijo Alejandro. Nació el 23 de septiembre a las tres de la mañana. Pesó cuatro kilos. A consecuencia de las lluvias la ropa del bebé quedó atrapada entre lodo y aguas negras. No tuvo dinero para comprar más y por eso su única vestimenta es una desgastada sábana de hospital.
Desde que Alejandra pisó el Hospital General de Gómez Palacio, no sabe nada ni de su madre ni de sus otros cuatro hijos. Y es que su familia tiene miedo que en cuanto aparezcan por ahí, les cobren la cuenta por los gastos médicos. De su esposo no quiere hablar, hace meses que se separaron.
Por eso Alejandra se siente un poco abandonada. Sin ropa ni para ella ni para su hijo, sólo espera que su madre logre juntar dinero para pagar la cuenta del hospital y regresar al albergue porque el jacal donde vivía en la colonia Tierra y Libertad, quedó destrozado por las lluvias.
Ella todavía no sabe que Luis Bañuelos Garza, director del Hospital General, se comprometió a condonarle la cuenta del hospital, pues conoce sobre su precaria situación económica y además Alejandra padece anemia y necesita una trasfusión de hierro. El estado de salud de su hijo es reportado como estable.
Lo que el pequeño sí necesita es algo de ropa y pañales, desde que nació está envuelto en un pedazo de sábana del hospital, algunas enfermeras compadecidas de su situación le regalan pañales de vez en cuando.
Todavía no sabe cuánto tiempo le llevará reconstruir su hogar y recuperar sus pertenencias. Ahora lo único que quiere es tener un poco de dinero para poder pagar la cuenta del hospital y regresar al albergue en donde la esperan sus otros hijos.