Misión Korián, institución duranguense gubernamental, dedicada a la rehabilitación de adictos, atiende a un promedio de 20 personas mensualmente; de la cifra anterior, el 75 por ciento muestra signos de rehabilitación en el corto plazo, pero al paso de los años sólo el 25 tiene una efectiva recuperación, informó el director, Alberto Shade Villarreal.
Esta institución que tiene poco más de un año de servicio en el estado, se ha dedicado a la rehabilitación de muchas personas que han llegado “a tocar fondo” en la farmacodependencia, dijo el Director, quien comentó que sólo el que ya ha caído tan bajo es el que trata de rehabilitarse, pues muchas personas continúan en la drogadicción durante el paso de los años.
Destacó que el programa de Misión Korián tiene una duración de 35 días y un costo de más de 30 mil pesos en gastos netos y reales que realiza la institución en la persona que se restablece, por lo que es un tratamiento muy costoso. Sin embargo, al egreso del paciente, éste debe ser canalizado a otros grupos para que continúe con su terapia, pues es un elemento fundamental para que llegue a readaptarse a la sociedad sin adicciones. Por esto se les envía a grupos de Alcohólicos Anónimos, de Narcóticos Anónimos o a algún grupo que maneje un programa de 12 pasos, que es en el que se basan estas instituciones.
Informó que las personas que llegan a Misión Korián lo hacen por que ya perdieron muchas cosas en la vida, como la dignidad, la familia, sus posesiones. “Muchos adictos caen en la prostitución, en la delincuencia y pueden vender o dar cualquier cosa para conseguir una dosis”, dijo Shade Villarreal.
Los estragos que sufre un adicto no sólo son consecuencias para él mismo, sino que también hace daño a quienes le rodean, sobre todo a los seres queridos, quienes también llegan a tener daños psicológicos a causa de esto.
Las personas que se reciben en esta institución pueden ser desde los 15 años, pero hay de mayor edad, “hubo un caso de una persona de 75 años que fue rehabilitada”.
Los adictos son personas que generalmente están autodevaluadas, que tienen muchos sentimientos de culpa y reprochan a “todo mundo” de lo que les pasa, incluso llegan a señalar a Dios. En cuestión física, muchos de los adictos llegan a atentar contra su vida con el suicidio. Personas que alguna vez estuvieron en esta institución (2 de ellas) fallecieron, pues no se aplicaron al tratamiento, pues generalmente recaen.
Destacó que la terapia familiar es una herramienta fundamental para que el adicto se rehabilite, por lo que después de algunos días en la terapia se incluye a los padres, hermanos y personas que diariamente conviven con el enfermo.