MEXICO, DF.- Al mal estado de la cancha se agregaron el forcejeo y las rudezas. El Santos puso freno al prometedor repunte americanista y todo se resumió en un 0-0 y una molesta ducha, que vista desde las tribunas del estadio Azteca forzaba a los bostezos.
Y es que aunque ya no les tocó lluvia, los jugadores se toparon con una pesada cancha en el Coloso de Santa Úrsula, imposible para la habilidad del "Pony" Rodrigo Ruiz o de Cuauhtémoc Blanco.
El cero predominó en el marcador, en el campo y en la esperanza de diversión.
También en la estrategia de Leo Beenhakker, quien lejos de aprovechar el físico y alcance aéreo de Sebastián Abreu -propio para un trámite lento-, lo puso a calentar la banca y nunca lo utilizó.
Sin explicación alguna, "El Misionero" Hugo Norberto Castillo - a quien Leo ha marginado a lo largo del torneo- apareció como titular. Fuera de ritmo, nunca pudo aportar el futbol que ya olvidaron sus seguidores.
Y por aire, Jesús Mendoza desaprovechó las pocas ocasiones que se presentaron, suficientes, quizá, para un jugador de área y buen cabeceador como Abreu.
Los resbalones y barridas hacían pronosticar, desde un principio, el resultado final.
Hasta el minuto 21 surgió la primera jugada de peligro, casi todas a balón parado: Pável Pardo cobró un tiro de esquina por la punta derecha y Ricardo Rojas apareció a segundo poste, el cabezazo apenas pasó a un lado del poste derecho de Christian Lucchetti.
Seis minutos después, Cuauhtémoc Blanco pudo sacudirse la marca y la prendió de zurda para amenazar la puerta visitante.
El resto del periodo fue un concierto de barridas, rechaces y tiros lejanos.
El campo arrojó un lesionado, para colmo, al arrancar el segundo lapso, "El Gringo" José Antonio Castro ingresó al área por derecha, Lucchetti salió para rechazar y al chocar el portero alcanzó a golpear la rodilla izquierda del americanista. El carrilero derecho salió lesionado, sin que el golpe fuera de consecuencias graves.
La apuesta de Beenhakker no prosperó, sacrificó también a Frankie Oviedo por Carlos Infante, utilizó a Israel Martínez en lugar del lesionado Castro y se guardó el tercer cambio: ni Abreu ni Christian Patiño.
Las emociones se limitaron a dos llegadas: un centro de Pável (81’) que peinó Jesús Mendoza, apenas arribita del marco; y una tardía barrida de Hugo Castillo (84’) que buscaba la portería de los laguneros.
Además, hay que reconocer que la exigencia aumentó para las Águilas y Santos demostró que siempre se les indigesta.