Existe una gran carencia de medicamentos en el Seguro Social
TORREÓN, COAH.- Héctor Díaz Zúñiga se desempeñó durante 30 años como maquinista en Ferrocarriles Mexicanos, hace un año sufrió una lesión en un hueso de la espalda baja, 13 meses estuvo incapacitado y el pasado nueve de mayo los médicos lo dieron de alta a pesar de que aún no estaba recuperado totalmente, el ferrocarrilero decidió no presentarse a trabajar porque seguía sintiéndose mal, desafortunadamente para él sus patrones le acumularon las inasistencias y hace diez días lo despidieron porque oficialmente para el Instituto Mexicano del Seguro Social estaba dado de alta.
Díaz Zúñiga, de 54 años de edad, fue entrevistado en el patio del Hospital General de zona número 16 del IMSS, acompañado de otros dos ferrocarrileros, asegura que aún no está en condiciones de trabajar, para demostrarlo, se desfajó y levantó su playera, se dio la vuelta y dejó al descubierto la parte baja de su espalda, donde a simple vista se puede apreciar que un hueso está fuera de su lugar natural.
“No puedo trabajar, le dije al director de la clínica 80 y al jefe de Medicina del Trabajo, que aún no estaba recuperado y no les importó y me dieron de alta, todo el año no me hicieron nada y me la pasé tomando puro Naproxeno”, dijo el ferrocarrilero, quien ahora tiene muchas dificultades para conseguir el sustento de su familia.
Su compañero, Jesús Urbina Sandoval, se encuentra en una situación similar, él se desempeñaba como jefe de patios y desde 1992 empezó a presentar problemas de depresión crónica, recibió una incapacidad por varios meses y luego los médicos lo dieron de alta sin tomar en cuenta que aún no terminaba su tratamiento, aunque él corrió con mejor suerte y consiguió una pensión del 30 por ciento de su sueldo, ahora sigue peleando por conseguir una pensión mayor.
Jaime Ramírez Torres padece diabetes y acompaña a sus ex compañeros Héctor y Jesús, los tres coinciden y se quejan porque aseguran que siempre que acuden a la farmacia de esta clínica tienen problemas para surtir sus recetas médicas.
“Cómo quieren que nos recuperemos, los doctores dicen que si no tomamos el tratamiento completo, no sirve de nada, pero cuando vamos a la farmacia no nos surten la receta”, dijo Urbina Sandoval.
Denuncian “mercado negro”
Jesús asegura que desde hace varios meses en la farmacia no le surten los medicamentos Lorazepam y Clorazepam, como estos antidepresivos son muy controlados él asegura que “desaparecen” del IMSS y luego aparecen en el “mercado negro” de la Alianza.
“Tengo que buscarlos en la Alianza, los empleados los desaparecen y luego tengo que conseguirlos allá, los venden a 50 ó 100 pesos cada caja y resulta que son los del seguro”, dice le ferrocarrilero.
Los ex empleados de Ferromex no quisieron señalar el punto donde aseguran que consiguen estos medicamentos, pero afirmaron que ésta es una verdad que mucha gente conoce, “en la Alianza los puedes conseguir, pero tienes que pagar”, dijeron.
Mientras se desarrollaba esta entrevista en el patio de la clínica 16, un camión de carga estaba estacionado en la puerta principal del nosocomio, tres cargadores estaban descargando decenas de cajas con medicamento para entregarlas en la farmacia.
Margarita Hernández salía en ese momento de la clínica y estaba molesta porque una vez más fracasó en su intento de surtir una receta, “para qué traen la medicina y luego no la quieren entregar”, dijo.
Esta mujer aseguró que su médico le recetó 40 tabletas de ácido acetilsalicílico, pero al llegar a la ventanilla de la farmacia solamente le entregaron 20 tabletas, “me dijo el doctor que si no me tomaba el tratamiento completo no me iba a aliviar”, comentó en tono molesto Margarita.
Mal uso
Entrevistados por separado, la directora del Hospital General de Zona número 16 del IMSS, Elisa Guadalupe Baqueiro Absalón y José Ernesto Cruz Chavarría, secretario de Prensa del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, negaron que los medicamentos sean sustraídos de la farmacia para después comercializarse en el mercado negro y coincidieron al asegurar que son los mismos derechohabientes quienes venden las medicinas para obtener algún beneficio económico.
“Tenemos un control de los inventarios, hay un sistema muy estricto, las medicinas no se sustraen de las farmacias y son los mismos derechohabientes quienes las venden”, dijo Baqueiro Absalón.
Cruz Chavarría dijo que en muchos de los casos las familias tienen su botiquín gracias a las medicinas que les da el IMSS y no utiliza, pero aseguró que los empleados de la farmacia no roban los medicamentos, “eso se me hace muy amarillista y habría que investigar a fondo”, comentó.
La directora de la clínica 16 dijo que después de varias reuniones con los médicos, se decidió controlar la entrega de medicinas para evitar que la gente haga mal uso de ellas.
“Les estamos dando nada más lo que van a utilizar, no se trata de quitarles medicina, sino de darles nada más lo que requieren para evitar que la vendan o que la guarden en su casa”, dijo.
Baqueiro Absalón informó que actualmente esta clínica maneja 425 claves de medicamentos y aseguró que tiene un abasto del 95 por ciento, reconoció que a finales del año pasado, el Instituto atravesó por una crisis de medicinas y dijo que actualmente faltan por surtir algunas que se recetan a los pacientes diabéticos, aseguró que el problema surgió desde que el proveedor dejó de fabricar algunos medicamentos.