CHOLULA, PUEBLA.- El economista en jefe del Banco Mundial (BM), Francois Bourgigno rechazó una actitud terrorista del organismo de no querer otorgar préstamos a México si no se abre el sector energético a la inversión privada y se llevan a cabo las reformas estructurales. Al defenderse de las acusaciones de algunos legisladores
Dijo que ha habido recomendaciones por parte del Banco Mundial hacia México y otros países en América Latina de hacer reformas estructurales que pueden mejorar en el largo plazo el ambiente de negocios, pero no hay presión en el otorgamiento de créditos.
Reconoció que ahora el organismo exige más que antes para prestar ayuda, pues es natural que ahora se requiera que las políticas sean más eficaces y se puedan evaluar los resultados para entonces otorgar prestamos que impulsen esas reformas.
“Se necesita que esas reformas sean claras cuando se empieza a tramitar el préstamos, pero eso no es un ultimátum sobre una brecha en el poder soberano de México o de otro países.
Bourgigno dijo que esa no es una actitud terrorista ya que lo único que se busca es entender lo que esta pasando para ayudar y aconsejar a los gobiernos para que tomen las decisiones más eficientes.
Desde ese punto de vista justifico, que se está aprendiendo con las reformas ya que el Banco Mundial tiene hoy día tiene una posición mucho más moderada.
“No hay una filosofía doctrinaria para decir cual es el la situación o afirmar que el sector privado es mejor que el sector público o viceversa”.
Se puede cambiar por ejemplo las condiciones del crédito en el mercado financiero sin que ello implique un cambio legislativo.
Quizás eso es algo optimista pero a corto plazo simplemente cambiando la manera de operar del gobierno y eso no se necesita ningún cambio legislativo.
“Cuando uno dice que se requiere cambios importantes, esta diciendo que se necesita transparencia de las instituciones, protección de los derechos de propiedades, fomento de la competencia y esos pueden producir resultados importantes como certeza de inversión en el largo plazo y hay que esperar obviamente que sirva para los próximos diez años”.
Dijo que lo que paso es que en algunos casos la privatización se hizo pero la regulación de un sector privatizado no fue la correcta o los aseguradores fueron capturados por el sector privado y al final las reformas no tuvieron el impacto que se hubiera querido.
En el caso argentino dijo que es cierto que hubo mucha inquietud acerca deseos por ejemplo cuando se privatizaron las telecomunicaciones pero el problema fue la regulación.