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Sonambulismo

Fernando de Lla Villa Hernández

Sonambulismo

Dormir es una función cerebral indispensable para la salud humana. El mecanismo neurológico involucra distintas estructuras neurológicas, pero la más importantes es el núcleo estriado y sus múltiples conexiones con la corteza.

El dormir no implica una falta de función neuronal, pero si corresponde a una forma diferente de funcionar respecto al estado de vigilia (despierto). Durante el sueño, además del mantenimiento de las funciones vitales se suceden funciones que permiten sensaciones emocionales y pensamientos con características distintas a las que experimentamos en el estado de vigilia.

Estas vivencias oníricas emocionales del pensamiento, los movimientos simples o complejos que se producen cuando estamos dormidos han despertado el interés y la fantasía desde siempre. Los sueños han sido considerados una forma de tener contacto con los dioses, se han usado para predecir el futuro y en el pasado reciente como una forma de entender la estructura de la personalidad y los conflictos intrapsíquicos por medio de la interpretación de los sueños que fue la herramienta más importante del psicoanálisis ideado por Freud.

Actualmente el dormir y la función cerebral durante el proceso se considera como otra de las características de la máquina bioeléctrica compleja que es el sistema nervioso central y de la cual apenas se comienzan a descubrir fenómenos y entender mecanismos íntimos por medio de los grandes avances que se ha tenido con las neurociencias

El sonambulismo es una de las manifestaciones que se presentan durante el dormir con una frecuencia del uno al siete por ciento de la población general. No se considera una enfermedad, el factor genético es indudable ya que existe predisposición familiar.

Se ha visto que cuando ambos padres la padecen, los hijos tienen una probabilidad del 60 por ciento de presentarla; sin embargo, aún no se conoce con precisión el mecanismo de trasmisión. El sonambulismo comienza desde la infancia y a esta edad la frecuencia es entre el diez al 30 por ciento; se presenta por igual en ambos sexos, cuando aparece en edad adulta se sospechan otras causas o se pone en duda el diagnóstico. Lo último de cualquier manera es importante ya que existen problemas neurológicos que pueden aparentarlo.

El sonambulismo aparece durante las primeras horas del sueño en la fase tres o cuatro de NREM (período donde no existen sueños). El durmiente se levanta de la cama y lleva a cabo movimientos coordinados generalmente simples; en casos poco frecuentes hacen maniobras más complicadas como bajar escaleras, abrir puertas, preparar comida y comer Algunas veces llevan a cabo actos potencialmente riesgosos como salir por una ventana, caminar por la calle o manipular objetos peligrosos.

Despertarlo puede provocar en el durmiente ansiedad, confusión y ocasionalmente conductas agresivas, lo más recomendable es conducirlo a la cama y cuidarlo hasta que la situación se normalice. Cuando se mezclan “terrores nocturnos”, la persona se hace más peligrosa; puede intentar huir imprudentemente o ataca motivado por el miedo. El sonambulismo llega a ser un problema por las dificultades sociales que puede causar o los peligros para el paciente y para los demás; sin embargo, en la gran mayoría de los casos, es sólo una forma de dormir intrascendente y sin complicación alguna.

Existen factores que pueden aumentar la frecuencia de los estados de sonambulismo como es el cansancio, la ansiedad, depresión o el uso del café, estimulantes, bebidas alcohólicas o medicamentos como los antipsicóticos, antidepresivos o hidrato de cloral.

El sonambulismo se puede confundir con otros padecimientos como la epilepsia parcial de semiología compleja (del lóbulo temporal), con los “terrores nocturnos”, la denominada “parasomnia no especificada”, es muy parecida al sonambulismo, pero se presenta cerca del amanecer y al estudiarla con E.E.G se observan las conductas anormales en el registro REM del sueño (período de ensoñaciones).

La persona al ser despertada recuerda con más claridad las vivencias oníricas que la acompañan, la denominada “apnea del sueño” que corresponde a dificultad respiratoria al estar dormido se puede confundir con el sonambulismo. La reacción conversiva puede dar manifestaciones semejantes al sonambulismo, pero es de más larga duración y puede aparecer incluso cuando no se está dormido y por último la simulación frecuente en personalidades infantiles e histéricas, sin embargo es muy difícil simular un cuadro de sonambulismo.

El tratamiento es difícil e incluso en el mayor número de casos no se aconseja, ayudan los benzodiacepinicos y triciclicos en algunos casos (en otros lo provocan), medidas higiénicas sirven como evitar en lo posible la ansiedad y agotamiento, no tomar café u otro estimulante sobre todo por la tarde.

La psicoterapia de sugestión ha dado algunos resultados, sin embargo cuando no existe respuesta es importante tomar medidas de precaución para evitar riesgos por actos imprudentes, por ejemplo alejar del durmiente objetos peligrosos, asegurar puertas y ventanas, que la familia conozca el problema y tenga una actitud conveniente, darle poca importancia al fenómeno, tanto por el que lo experimenta, como por parte de los demás, evitando de esta manera que aparezca sensación de inseguridad, vergüenza y angustia que por sí mismos aumentan la frecuencia de las crisis.

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