MÉXICO, D.F.- La Máquina Celeste de Cruz Azul venció anoche a las Chivas Rayadas del Guadalajara por marcador de cuatro goles a uno, en el partido de ida de la reclasificación rumbo a la Liguilla del futbol mexicano de la primera división, realizado en el Estadio Azul de esta capital.
Fueron dos noches de reconciliación. Un día antes, frente al Santos. Y cuando parecía que el cansancio mermaría el accionar celeste ante las omni Chivas, pudo más la garra y la eficacia en zona enemiga. Dos batallas en 24 horas, la segunda con un mejor sabor: por los cuatro festejos, por el esfuerzo y por la certeza de que el Rebaño deberá maniobrar con la fantasía para levantarse de la lona.
El domingo en el Estadio "Jalisco", el cuadro de Eduardo de la Torre tiene que ganar por tres goles de diferencia para acceder a la Liguilla.
¿Fatigados? Aunque el técnico Enrique Meza repitió a cinco jugadores que el miércoles actuaron contra los santistas, su estrategia hizo débil al rival. La lección de los celestes fue clara: manejo de partido.
En los primeros diez minutos de juego la Máquina se aferró al ritmo de la noche anterior. Velocidad y osadía, con un nuevo protagonista: Marinho Ledesma, quien en la primera anotación dejó en soledad a Juan Carlos Cacho y estalló la algarabía celeste... Aún más estruendosa cuando segundos después Alejandro Corona obsequió a las gradas un riflazo al ángulo.
Dos celebraciones y era, apenas, el inicio de la batalla.
El poder de definición permitió que el conjunto local pusiera en marcha el método de la desesperación al contrincante, que debió salir de su sorpresa con toques lentos y amistad con el reloj.
Pero la pausa sólo alcanzó para un gol de Omar Bravo a pase de Ramón Morales. Uno. Porque los azules, gladiadores en el campo, recobraron la fuerza.
El partido pudo resolverse en el ocaso de la primera mitad: no sólo cayó la tercera anotación -vía penal-, sino que además Cacho falló el cuarto.
"Yayo" intentó reaccionar con los ingresos de Ramón Ramírez y Alberto Medina. Atacar por las bandas, la orden. Pero la táctica resultó insuficiente para superar el corazón de la zaga local.
"El Ojitos" optó por cerrar sus líneas y transformarse en cómplice del tiempo. Funcionó, no sólo por la efectividad de su defensa, sino por las pocas variantes de los tapatíos.
Los seguidores visitantes escondieron sus banderas. Y, en cambio, los cementeros recurrieron a las porras, a las vivas.
Lo más sobresaliente del Guadalajara fue el ahínco de Ramón Morales, quien se lesionó el brazo derecho en una mala caída y, agotados los cambios, terminó el encuentro enredado entre vendas.
Y resurgió el arma rítmica de los azules: de la serenidad el vértigo. A cinco minutos del final Cacho definió un contragolpe en el que intervino una dosis de fortuna, porque en su primer tiro el balón fue rechazado por Reynoso. Acertó en el contrarremate. Dos goles de Juan Carlos, aunque su familia, chiva hasta los huesos, le había pedido que no sacudiera la red.
"Lo siento, pero si por mí fuera hubiera metido cuatro", dijo.
ALINEACIONES:
CRUZ AZUL: Pérez; Ángeles, Brown, Osorio y Cortés; Gómez, Cabrera, Corona y Ledesma (Jiménez, 61’); Cultivador (Ortiz, 72’) y Cacho.
CHIVAS: O. Sánchez; Morales, Reynoso, H. Morales (Mendoza 61’), Sánchez y Medina; Jo. García, Mora (Ramírez, 46’) y Sol; García (A. Medina, 46’) y Bravo.
GOLES: 1-0: Cacho (8’).
2-0: Golazo de Corona (9’).
2-1: Bravo (26’).
3-1: Penal del "Cultivador" (36’).
4-1: Cacho (85’).
ÁRBITRO: M. Rodríguez, quien amonestó a Ledesma, "Cultivador", Ángeles y Brown por Cruz Azul, y a Sánchez, Johnny y Medina por Guadalajara.