Reuters
México, DF.- Como en el juego Monopolio, el magnate mexicano Carlos Slim está sorprendiendo a los mercados con una reciente lluvia de adquisiciones, pero seguiría tirando los dados en una apuesta por ampliar aún más su imperio de negocios.
Slim, un perspicaz y corpulento hombre de negocios con una fortuna estimada en 7,300 millones de dólares, ha salido de compras a principios de 2003 en busca de gangas latinoamericanas.
Desde entonces se hizo de dos telefónicas celulares en Brasil, BSE y BCP, una en Argentina, CTI, y de la operadora de telefonía fija CTE en El Salvador. Además terminó de adquirir las celulares colombiana Celcaribe y Conecel de Ecuador.
A fines de septiembre Slim, el hombre más rico de Latinoamérica, anunció que comprará la cadena de electrónicos estadounidense Good Guys. Y hace una semana dijo que acordó comprar la operadora de servicios de telecomunicaciones AT&T Latin America.
Como si fuera poco, el miércoles anunció que adquirió las seis tiendas en México de la estadounidense JC Penney y podría llegar a ser accionista mayoritario de ICA, la mayor constructora de México.
"‘¿Y ahora qué compró?’, es lo que todo el mundo dice", comentó un operador de la Bolsa Mexicana quien pidió el anonimato y dijo que Slim, de 63 años de edad, no deja de sorprenderlos.
"Creo que finalmente lo que es cierto es que no se descarta ninguna adquisición", agregó. "No quedaría duda que si hay un sector que fuera benéfico para él, lo va a abordar".
Hijo de un inmigrante libanés, Slim comenzó su camino a la fortuna vendiendo a los diez años refrescos y caramelos a su familia. Estudió ingeniería y a los 25 años se asoció a un compañero de la universidad para formar la inmobiliaria Carso.
También trabajó como operador en la Bolsa Mexicana, pero sus verdaderas oportunidades de negocios comenzaron en la década de 1970, cuando comenzó a comprar empresas en problemas y sanearlas.
En 1982, cuando México sufrió una crisis, surgieron posibilidades de compras a precios de descuento. Y se convirtió en magnate cuando le compró en 1990 al gobierno la telefónica Telmex.
¿Dónde pondrá las fichas?
Dejando de lado las compras anunciadas, Slim tiene un envidiable arsenal de activos: la mayor telefónica mexicana Telmex, la celular América Móvil -la más grande de Latinoamérica-, el conglomerado Grupo Carso y los restaurantes Sanborns.
La lista sigue con las tiendas departamentales Sears, las pastelerías El Globo, las tiendas de discos MixUp y Tower Records y el minorista de computadoras CompUSA en Estados Unidos.
Entre sus participaciones están la tienda departamental Saks, el minorista OfficeMax y Circuit City en Estados Unidos, además del gigante de medios mexicano Televisa.
Su poder en el mercado de valores es apabullante: tiene una influencia con sus empresas en el IPC, el índice mexicano que engloba a las principales firmas locales, de 43 por ciento.
Pero todos están seguros de que Slim irá por más.
"Yo diría que vuelve a ser telecomunicaciones lo que más le gusta y a lo que más le anda buscando oportunidades porque tiene los márgenes más altos", dijo un analista de un banco en la Ciudad de México, que pidió el anonimato.
Otros creen que Slim no se va a limitar a un sector en particular.
"En todas sus empresas está viendo qué oportunidades se dan, está explorando", dijo Manuel Jiménez, analista de Vector. "No sé cuándo va a parar, él está aprovechando todas las oportunidades que vea. Y tiene fondos".