Agencias
BAGDAD, IRAQ.- El jefe de Gobierno de España visitó sorpresivamente ayer a los soldados ibéricos apostados en este país, una señal de apoyo a la guerra liderada por Estados Unidos.
En la madrugada, las fuerzas estadounidenses dispararon por error contra policías iraquíes que se encontraban en un puesto de control en el noreste de Iraq, matando a tres oficiales e hiriendo a dos, dijo la policía local.
En un aparente hecho de venganza, atacantes mataron a dos personas con lazos cercanos al ex régimen de Saddam Hussein.
En un viaje que recordó otro similar realizado por el presidente estadounidense George W. Bush a Iraq el día de Acción de Gracias, el jefe de Gobierno español, José María Aznar, viajó a Iraq con una delegación de 17 miembros para reunirse con el contingente de mil 300 soldados de su país, apostados en la población de Diwaniya, al sur.
Aznar llegó poco antes de las 11 de la mañana (hora local) y se fue cuatro horas después.
El viaje fue tan secreto que los soldados no supieron que Aznar estaba allí hasta que la visita fue anunciada a través de un megáfono y el Gobernante entró donde estaban ellos, de acuerdo con informes de prensa.
Aznar almorzó con la tropa ibérica y le agradeció su sacrificio.
En declaraciones a la prensa, Aznar dijo que llevaba saludos del Rey Juan Carlos. Sobre la misión de los soldados, expresó que se trata de una lucha por una causa justa, la causa de la libertad, de la democracia, de la estabilidad y del respeto a la ley internacional.
Dijo que la misión es parte de una campaña global contra el terrorismo.
“La seguridad de España también es defendida en Iraq”, expresó.
Aznar ha apoyado con firmeza a Estados Unidos, a pesar de la amplia oposición de España.
Desde agosto, diez españoles han muerto en Iraq. El peor ataque contra sus soldados fue en noviembre, cuando siete agentes de inteligencia fallecieron en una emboscada.
El ministro del Interior de Portugal, Antonio Figueiredo Lopes, partió de Lisboa ayer temprano para pasar algunas horas con los policías portugueses emplazados en Nasseriya.
Las visitas tienen lugar en momentos que funcionarios militares dijeron en Washington que el Pentágono enviará dos mil soldados más a Iraq.
Las medidas representan ajustes mínimos de incorporar nuevas fuerzas en Iraq en el 2004, en reemplazo de algunos de los soldados que ya se encuentran en este país.
Actualmente hay unos 123 mil soldados norteamericanos en Iraq, y una vez que culmine la rotación en mayo, se espera que permanezcan unos 110 mil.
Desde que Saddam fue capturado, hace una semana, Estados Unidos ha continuado realizando redadas para capturar a insurgentes. Además, más de diez oficiales del Ejército norteamericano y la policía iraquí han muerto en numerosos ataques en su contra que tuvieron lugar en Bagdad y las áreas sunitas musulmanas del oeste y el norte de la capital, en el triángulo donde Saddam tenía su base de poderío.
Ayer, atacantes que se desplazaban en bicicleta dispararon contra un ex funcionario del partido de Saddam Hussein en la ciudad de Najaf, al sur, hiriendo de gravedad a una mujer y matando a su hijo de cinco años, dijo la policía.
En el ataque a los policías iraquíes, los soldados de Estados Unidos creyeron que estaban disparando a bandidos, dijo el oficial Salam Zangana, de la policía de Kirkuk. Tres oficiales murieron y dos resultaron heridos, expresó.
Los militares norteamericanos, sin embargo, manifestaron que los soldados de Estados Unidos mataron durante un patrullaje nocturno a tres civiles que les dispararon desde un vehículo que se desplazaba sin luces.
Policías locales quedaron en medio del fuego cruzado y cuatro resultaron heridos y fueron evacuados a instalaciones médicas de Estados Unidos, dijo el mayor Douglas Vincent.