“El arte de cobrar impuestos consiste en desplumar al ganso de tal manera que se obtenga el máximo monto de plumas con el mínimo posible de quejas”. Jean-Baptiste Colbert
Estocolmo, Suecia.- A mediados del siglo XIX Suecia era uno de los países más pobres de Europa. Para sobrevivir millones de suecos debían emigrar a Estados Unidos y otros lugares. El duro clima, de hecho, parecía condenarlo a la pobreza.
Para la década de 1970, sin embargo, el país había sufrido un verdadero milagro y era ya el cuarto más próspero entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la institución que incluye a las naciones más prósperas del mundo (por su producto interno bruto medido sobre la base de la paridad del poder de compra, que descuenta la sobrevaluación o subvaluación de las divisas). Mucho se argumentaba en ese entonces que Suecia, en contraste con la Unión Soviética, era un ejemplo de lo que un país podía lograr con un socialismo inteligente. Suecia sigue siendo un país muy próspero en comparación con las naciones pobres del mundo, como México, como bien lo atestiguaron los periodistas que acompañaron al presidente Vicente Fox en su visita de trabajo este lunes y martes dos y tres de junio. Pero su lugar entre los países desarrollados se ha deteriorado de manera dramática. Suecia pasó del ya mencionado cuarto lugar en las listas de la OCDE en 1970 al octavo en 1980. Para el año 2001 había caído al número 17.
En los años setenta Suecia era el país con mejor nivel de vida no sólo en Escandinavia sino en toda Europa. Inmigrantes de distintos países de la región así como del resto del mundo acudían a él para compartir su nivel de vida aun a pesar del terrible frío y la falta de luz solar de su invierno. Hoy la situación ha cambiado. En Noruega, Dinamarca, Finlandia y otros países de Europa, la población goza de mayor prosperidad.
Suecia está pagando el costo de una economía de bienestar excesivamente generosa. Por ley los trabajadores reciben un mínimo de cinco semanas de vacaciones al año. Tanto el padre como la madre obtienen un descanso pagado tras el nacimiento de un bebé: de tres meses para el padre y seis meses para la madre, la cual puede alargar su permiso de maternidad seis meses más sin goce de sueldo con garantía de que la empresa tendrá que devolverle el puesto a su regreso. Las ausencias por enfermedad con goce de sueldo entre los trabajadores son tan frecuentes y prolongadas que se han convertido en uno de los factores más importantes en el costo laboral de las empresas.
Tradicionalmente las empresas pagaban en Suecia un impuesto sobre la renta excesivamente alto, incluso superior al 50 por ciento. Sin embargo, este impuesto corporativo sobre la renta ha bajado de manera significativa. Actualmente se encuentra a un nivel de 28 por ciento, el cual es bastante competitivo a nivel internacional.
A esto hay que añadir, no obstante, muchos otros impuestos que afectan principalmente a las personas físicas. Así, hay un gravamen sobre ganancias del capital de 30 por ciento, otro sobre el patrimonio del 1.5 por ciento anual sobre el capital total y uno al valor agregado del 22 por ciento en promedio con una tasa máxima de 25 por ciento. El impuesto básico sobre la renta a las personas físicas se cobra a nivel local y es de un promedio razonable de alrededor de 31 por ciento, si bien cambia en cada localidad. Pero además el gobierno nacional cobra otro impuesto adicional, que en algunos casos puede llevar el impuesto total sobre el ingreso de las personas al 55 por ciento. Además, los patrones deben desembolsar un impuesto de 32 por ciento sobre las nóminas, mientras que las cuotas para la seguridad social ascienden al nueve por ciento.
La carga fiscal total en Suecia es de 50 por ciento del producto interno bruto, contra el 40 por ciento en promedio en la Unión Europa y el 35 por ciento en los países de la OCDE. Un economista del sector privado sueco calcula que un trabajador promedio paga cerca del 70 por ciento de su ingreso en impuestos.
Esta enorme carga fiscal ha tenido consecuencias. El ingreso promedio de los suecos, de 26 mil dólares al año, sigue siendo muy alto en comparación con el de países como México. Pero su deterioro en los últimos años en comparación con el de otras naciones desarrolladas es realmente notable. Y esto tiene lecciones para todos, porque Suecia ha sido considerada hasta ahora como la economía del bienestar más exitosa del mundo.
La fuga
Una de las razones del deterioro en el nivel de vida de Suecia ha sido la fuga de capitales. Son tan fuertes los impuestos que muchos suecos simplemente prefieren llevarse su dinero a otros países.
Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com