Lo que en principio parecía ser una jugada magistral mediante la cual el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Roberto Madrazo, se quitaba del camino a Elba Esther Gordillo y su tránsito hacia la candidatura presidencial quedaba sin un gran obstáculo, se convirtió en un clásico tiro por la culata, pues el “obstáculo” seguirá ahí, pero además, Madrazo se exhibió como mentiroso ante los empresarios del país.
De acuerdo con las declaraciones de Héctor Rangel Domene, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, la palabra de Madrazo, a la que faltó en el asunto de la Reforma Fiscal, “ha quedado en entredicho y me parece que para nosotros ha dejado de ser un interlocutor confiable”, lo que significa que ni como presidente del PRI, ni en lo personal el ex gobernador de Tabasco puede acceder de nueva cuenta a la confianza que, si acaso, en algún momento le tuvieron los señores de la Iniciativa Privada.
En ese contexto, no es posible imaginar a Madrazo compitiendo por la Presidencia de la República sin el apoyo del sindicato más fuerte del país, el SNTE y sin el de los empresarios, pues con ninguno de los dos podrá tener interlocución ya que sus integrantes desconfiarán en todo momento de los ofrecimientos que aquél pudiera llegar a hacerles para lograr su respaldo, por lo que desde ahora Madrazo debe abandonar toda esperanza de acceder a la candidatura.
Por si lo anterior fuera poco un grupo compacto de gobernadores priistas han emplazado a Madrazo a que se retire de la presidencia del Partido si desea competir por la candidatura presidencial, lo que es lógico pues desde esa posición puede manejar la estructura electoral y de ser así jugaría con ventaja y eso no es válido. En consecuencia todo indica que Madrazo selló su suerte y si pensó que iba salir ganando en realidad lo perdió casi todo, pues lo único que le queda es la presidencia con el inconveniente de que su gran enemiga sigue ocupando la secretaría general.