Bruselas, (EFE).- El suicidio es la primera causa de muerte de los belgas que tienen entre 25 y 45 años, muy por delante de los accidentes de tráfico, según los resultados de un estudio realizado por la revista especializada "Test Santé".
Los datos del informe ponen de manifiesto además que un 10 por ciento de la población belga ha intentado en algún momento quitarse la vida y que cada año se producen más de 2.000 suicidios en el país, dato que la prensa califica de "alarmante".
De los 2.000 ciudadanos encuestados, un 19 por ciento confesó haber pensado alguna vez en el suicidio, y de entre ellos un 42 por ciento reconoció no haberlo comentado con profesionales ni con amigos o familiares.
Bélgica y Finlandia son los dos Estados europeos donde más suicidios de hombres se producen, y en cuanto a las mujeres Bélgica está asimismo en el grupo de países de la UE donde se produce una tasa más alta de suicidio.
Además, el estudio refleja que muchas ideas preconcebidas obstaculizan una prevención eficaz, y que los signos precursores de un comportamiento suicida no se interpretan siempre con seriedad.
Por ejemplo, el 45 por ciento de los encuestados opinaron que la mayor parte de los candidatos al suicidio no pasan nunca a la práctica, lo que según estudios científicos no se corresponde con la realidad.
Otra de las falsas ideas sobre el fenómeno es interpretar las tentativas de suicidio como una mera forma de llamar la atención sobre uno mismo, cuando en realidad una parte importante de quienes intentan poner fin a su vida ya habían dado señales de ello con anterioridad.
Marc Ansseu, profesor de psiquiatría del centro hospitalario universitario de Lieja, reconoce que "un tercio de las personas que ha intentado suicidarse desea, antes que ninguna otra cosa, lanzar un mensaje de desamparo", pero advierte del "peligro real" de este reclamo, puesto que "una dosis inadecuada o el error en la elección de un producto" puede tener fatales consecuencias.
En la mayoría de los casos detectados, una mejor prevención puede evitar lo irreversible, concluye el estudio.
Cuando los primeros síntomas aparecen, es aconsejable hablar, pero también escuchar y solicitar cuanto antes ayuda profesional.
Para Michel Mercier, profesor de psicología médica de la facultad de Notre Dame de la Paix en la ciudad de Namur, "una buena prevención pasa también por un cambio de la sociedad".
Mercier considera que la idea que se transmite a los jóvenes de "una sociedad ideal" es un error que provoca grandes desengaños, ya que estos se enfrentan después a duras condiciones de vida marcadas por situaciones como "el paro y unos estudios cada vez más largos y sin perspectivas de empleo".