Miami, EU.- Nunca se había visto en la televisión hispana una cobertura tan masiva como la que realizaron el sábado pasado las cadenas Univisión y Telemundo, ni siquiera cuando llegó a Miami el Papa Juan Pablo II en 1987.
El tributo que le rindió esta ciudad de Florida a la fallecida Celia Cruz no ha tenido precedente y las dos cadenas no dudaron en romper su programación habitual, además de renunciar a los anuncios, para poder reflejar ese sentimiento colectivo de la comunidad hispana en EU.
El desfile de más de 125,000 personas -según afirmó el alcalde del condado de Miami-Dade, Alex Penellas- después de horas de espera frente al féretro de “La Guarachera de Cuba” fue transmitido en directo durante más de seis horas por las dos cadenas hispanas.
Pero tal vez el momento cumbre de las transmisiones en directo fue la misa de cuerpo presente en la iglesia del Gesú, oficiada por el padre Alberto Cutie, sacerdote cubano amigo de Celia Cruz, que duró casi dos horas.
Las imágenes de Univisión y Telemundo mostraron el semblante frágil de Pedro Knight, viudo de Celia Cruz y las caras profundamente compungidas de la cantante Gloria Estefan y la presentadora Cristina Saralegui, muy amigas de la fallecida.
Las imágenes fueron transmitidas a todo el país y a América Latina, por satélite y cable.
Miles le rinden tributo
en Nueva York
Decenas de miles de admiradores hicieron largas filas ayer en Nueva York, en la continuación de los honores póstumos que se han realizado a la “Reina de la Salsa”, Celia Cruz.
Muchos, como Diane Estévez, pasaron la noche a las afueras de la funeraria Frank E. Campbell de Manhattan, esperando la oportunidad de pasar al lado del féretro y rendirle tributo a Cruz, una de las cantantes latinas de más proyección internacional.
“Ella fue una mujer maravillosa. Fue una dama muy pacífica, muy caritativa. Nunca la olvidaremos”, expresó Estevez, quien dijo que la multitud congregada en los alrededores ejecutó música toda la noche.
En la funeraria, su cadáver estaba tendido en un ataúd de bronce abierto, cubierto por una bandera cubana, rodeado por un mar de lirios, rosas y orquídeas, mientras que agentes de los departamentos de policía y correcciones de Nueva York hacían guardia de honor.
Cruz usaba un traje largo tenue, brillantes anillos con diamantes y una de sus tradicionales pelucas.
Karen Mitchell, una de sus admiradoras, llamó a Cruz “una diva humilde”.
Otra admiradora, Cora Cofield, viajó desde su país, Panamá, para despedir a la artista.
“Ella pavimentó el camino para el mundo de J.Lo. (Jennifer López)”, dijo Cofield.
Personas de todas las edades y países de América Latina, algunas incluso en sillas de ruedas, hicieron filas durante horas para entrar en la Torre de la Libertad a despedirse de Cruz, quien con su poderosa voz y energía contagiosa llevó la música latina a todos los rincones del mundo.
Su música fue prohibida en Cuba, aunque muchos en la isla la han escuchado clandestinamente. Cuando murió, el gobierno de Fidel Castro hizo sólo una pequeña mención en la prensa, describiéndola como una “importante intérprete”, quien había sido ícono del “enclave contrarrevolucionario del sur de la Florida”. Su funeral está previsto para hoy.
Se desvelan por la “Guarachera”
Numerosas personas pasaron la noche en la puerta de la funeraria Frank E. Campbell de Nueva York, donde ayer se aglutinaron cientos de fanáticos para ver los restos mortales de la cantante cubana Celia Cruz.
Las primeras en la fila son una puertorriqueña y una cubana quienes no han dormido y según dijeron, pasaron la noche escuchando la música de Celia, pese a la lluvia que cayó sobre la ciudad.
Entre los admiradores, se encuentran no sólo cubanos, sino también venezolanos, guatemaltecos y panameños, muchos de ellos con banderines con una foto de la artista o banderas de sus países.
Muchos de los que esperaron en la fila llevaron flores para depositar en la tumba, aunque la cantante dijo antes de fallecer que prefería que donaran el dinero que pensaran gastar en flores a la lucha contra el cáncer.
Cuando aún faltaban dos horas para que abrieran las puertas, la cola de admiradores daba la vuelta a la manzana, y obligó a la policía a cerrar al tráfico una de las calles adyacentes a la funeraria.
El velatorio en Nueva York continuará a primera hora de hoy, antes de que el féretro sea llevado a la catedral de San Patricio, para una misa tras la cual será trasladado al cementerio Woodlawn, en El Bronx, donde recibirá sepultura.