Washington, (EFE).- Supervivientes del horror nuclear en Japón protestan contra la exhibición en el Museo Nacional del Aire y el Espacio del Enola Gay, el avión que lanzó la bomba atómica en Hiroshima, por no hacer referencia a sus víctimas.
El 6 de agosto de 1945, el Enola Gay, un bombardero B-29, dejó caer sobre la ciudad de Hiroshima una bomba nuclear que mató a más de 140.000 personas, y tres días después otro bombardero de EEUU, el Bockscar, hizo lo mismo sobre Nagasaki, matando a 70.000 personas.
Han pasado 58 años desde entonces, pero las heridas siguen muy recientes entre aquellos que sobrevivieron a los primeros y únicos bombardeos atómicos de la Historia contra población civil.
"No podemos soportar que el Enola Gay, que mató a miles de residentes de Hiroshima, se exponga públicamente sin dar detalles de la destrucción que causó", manifestó Terumi Tanaka, presidente de Hidankyo, organización de víctimas de los bombardeos nucleares.
Tanaka encabeza una delegación de víctimas que protestan frente a las nuevas dependencias del Museo Nacional del Aire y del Espacio, construidas junto al aeropuerto internacional de Dulles (Virginia), en las afueras de Washington.
Un total de 200 aviones con una especial significación histórica, entre ellos el Enola Gay, un Concorde y el transbordador espacial Enterprise, se incluirán en esta exposición, que será visitada por 3,5 millones de personas al año, según las previsiones.
Hasta ahora, las dimensiones del bombardero habían hecho imposible que el Enola Gay -sometido a un proceso de restauración desde 1984- fuera exhibido en el museo principal, gestionado por la Institución Smithsonian y localizado en el centro de Washington.
El portavoz el museo, Peter Golkin, no quiso hacer comentarios sobre la protesta y se remitió a una declaración que hizo pública la institución en noviembre, en la que se afirma que no se pretende "glorificar o vilipendiar el papel histórico de este avión".
Junto al Enola Gay, habrá un pequeño panel informativo en el que se informará a los visitantes de los hechos básicos relacionados con su historia, sus misiones militares y sus características técnicas.
"No podemos reprimir nuestro profundo asombro y enfado. Lo que el Enolay Gay causó fue la muerte de más de 140.000 personas que fueron cruelmente destruidas por una bomba atómica", afirmó Hidankyo en un comunicado de repulsa firmado para varios cientos de personas.
Esta organización recuerda que entre las víctimas un 65 por ciento fueron mujeres, niños y ancianos sin relación con la guerra.
"Exaltar al Enola Gay, que provocó una atrocidad sin precedentes que violó todas las normas de moralidad y la ley internacional, como un testimonio de los logros tecnológicos es completamente inaceptable para las víctimas de Hiroshima y Nagasaki", se subrayó.
Hidankyo pide a los responsables de la Institución Smithsonian que junto al Enola Gay "también exhiban fotos y materiales que muestren el daño causado por la bomba lanzada desde ese avión".
La polémica no es nueva porque ya en 1995 este museo trató de hacer una exposición del Enola Gay en la que sí se hacía referencia a sus víctimas, pero la presión en contra de grupos militares y de veteranos de guerra condujeron a la cancelación de la muestra.
"Si ahora se celebra finalmente la exposición, sin mencionar a los muertos, se estará enviando el mensaje de que la decisión del lanzamiento de la bomba fue la correcta", argumentó Hidankyo.
Hidankyo y otras organizaciones como Intérpretes por la Paz de Hiroshima, un grupo de traductores y guías voluntarios, han denunciado además que tras su petición han recibido numerosos correos electrónicos en inglés criticando su campaña.
Keiko Ogura, el presidente de este grupo, que también viajó a Washington, informó de que en uno de esos correos se lee: "Japón empezó la guerra en Pearl Harbor y EEUU la terminó con las bombas (atómicas), por lo que tiene razones buenas y honorables de homenajear al Enola Gay sin remordimiento y sin arrepentimiento".