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WASHINGTON, EU.- En un intento por reactivar el tema migratorio entre México y Estados Unidos, congresistas republicanos presentaron una propuesta de ley en la Cámara de Representantes y en el Senado para establecer un programa de trabajadores temporales.
La iniciativa “Ley para Mejorar la Seguridad e Inmigración Fronteriza”, busca enfrentar el problema de la migración y prevé la posibilidad de un proceso de legalización de indocumentados.
“Esta ley no es una amnistía, pero está diseñada para asegurar que ya no tengamos una clase subterránea de inmigrantes indocumentados”, dijo el senador John McCain, uno de los promotores.
Incluye el proyecto un programa de “trabajadores invitados”, de hecho contratados de antemano, que al facilitar el paso legal ayudaría a un mayor control de las fronteras, especialmente con México.
Según McCain, la necesidad de renovar el debate sobre migración se simboliza en los prácticamente diarios reportes sobre el hallazgo del cadáver de un indocumentado en el desierto de Arizona.
De acuerdo con la propuesta, copatrocinada por los diputados Jim Kolbe (Arizona) y Jeff Flake, los empleadores pagarían un “depósito” de 500 dólares por cada trabajador contratado y se comprometerían a publicitar el empleo.
Si después de 40 días nadie en el país responde, podrían incorporar trabajadores extranjeros, quienes llegarían con una visa de tres años que podrían renovar cada dos.
Asimismo, se daría prioridad a familiares en sus países de origen para que pudieran obtener visas de no inmigrante, y permitiría a los trabajadores entrar y salir de Estados Unidos sin mayores complicaciones durante su estancia legal.
Al crear una estructura legal para el flujo de inmigrantes y eliminar virtualmente a los “coyotes” y la necesidad de cruzar el desierto, se liberan recursos de vigilancia para enfocarlos en contra de delitos, como narcotráfico, y terrorismo, según la propuesta.
En cuanto a lo que podría considerarse como un proceso de regularización de indocumentados, el solicitante deberá probar que tiene empleo y que no ha tenido problemas con la ley, amén de pagar una cuota de mil 500 dólares.
“Es una forma de reconocer a las personas que están aquí ilegalmente”, apunto Flake, que afirmó creer que tendrán “apoyo bipartisano” a la proposición. Pero indicó las “enormes” dificultades de emprender una reforma migratoria.