29 de noviembre de 2003
Washington, (EFE).- Representantes de las familias de los soldados estadounidenses desplegados en Iraq criticaron con dureza la inesperada visita del presidente George W. Bush, que consideran una "treta propagandística" para su reelección.
Las imágenes de Bush en Bagdad, sonriente y jocoso, sosteniendo una bandeja con el tradicional pavo del día de Acción de Gracias y ayudando a servir la cena, mientras las tropas eran atacadas en otros puntos de Iraq, no gustaron a algunas familias.
"Bush da la sensación de que se preocupa por las tropas, pero es sólo una pose", dijo Fernando Suárez del Solar, padre de Jesús Alberto Suárez del Solar, muerto en Iraq el 27 de marzo, una semana después de que los soldados de EU entraran en el país árabe.
Suárez del Solar, que viajará próximamente a Iraq, denunció que el presidente no hizo lo fundamental, "hablar con la gente en las calles y escuchar a las tropas para saber qué esta pasando", y advirtió de la posibilidad de que Washington envíe aún más tropas.
En la actualidad, 130.000 soldados estadounidenses permanecen como fuerza ocupante en Iraq y el plan de Bush es reducir, para mayo, su número hasta 110.000.
Entre los que llevan más tiempo en la región del golfo Pérsico figura el marido de Jari Sheese, la propietaria de un pequeño negocio en Indianápolis (Indiana), quien se quejó fundamentalmente de la incertidumbre sobre la duración final del despliegue.
"Mi marido lleva fuera de casa 308 días y creo que le quedan más de 200 si no vuelven a cambiar las órdenes. No lo había contado pese a que debía haber estado fuera 179 días, pero hoy lo he hecho para compararlo con las pocas horas que Bush estuvo en Iraq", afirmó.
Para Sheese, el presidente no pensó en el sufrimiento de los soldados, sino "en la oportunidad de hacerse una foto que utilizarán para su elección el año que viene (noviembre de 2004). Todo esto me lleva a pensar qué más esconderá en la manga".
"Yo, de momento, todo lo que he conseguido es pasar un día más sin que hayan llamado a mi puerta para notificarme que le ha ocurrido algo a mi marido. Esto es lo único por lo que tengo que dar gracias, no por lo que ha hecho George Bush", añadió.
Igual de contundente fue Jerri Reed, quien tiene un hijo en Iraq desde el inicio de la ocupación y es miembro de una organización de familiares que pide el regreso de las tropas a casa.
Reed subrayó que el viaje presidencial a la capital iraquí "fue obviamente una treta propagandística" y aseguró que "muchos de los soldados están tan enfadados como lo estamos nosotros".
"Mientras Bush participaba en esa ceremonia, un convoy estadounidense fue atacado", recordó Reed en referencia a la acción que costó la vida a un soldado en el norte de Irak.
Con esa muerte, asciende a 184 la cifra de soldados de Estados Unidos fallecidos desde que el presidente declaró el 1 de mayo, a bombo y platillo y a bordo del portaaviones "Lincoln", que había terminado la fase principal de operaciones de combate en Iraq.
"Bush es muy valiente con la vida de nuestros muchachos", afirmó Reed, quien acusó al presidente de cobardía por permanecer sólo dos horas y media en el aeropuerto de la capital iraquí.
"Le debe parecer que no es un lugar seguro e incluso así dice que nos vamos a quedar, sin importar lo que nos hagan. Está claro que a él no le van a hacer nada, así que no necesitamos que viaje hasta allí, necesitamos que las tropas vuelvan a casa", declaró.
La contundencia de las familias contrasta con las reacciones de los políticos demócratas, en la oposición, quienes consideraron adecuada la visita y prefirieron criticar de manera general la política del gobierno Bush en la gestión de la posguerra iraquí.
El senador John Kerry, aspirante demócrata a competir por la Presidencia en 2004, dijo: "es genial lo que ha hecho el presidente (...), pero está bien para un día del año. En los otros 364 días, tenemos que ver los problemas de nuestra política exterior".
La consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, restó importancia a las críticas y dijo que "el pueblo estadounidense, al margen del partido que apoyen, sabe que el presidente de EU, como comandante en jefe, dio un paso importante al visitar las tropas".