por Jorge Rodríguez Estrada
el siglo de torreón
Torreón, Coah.- Su corazón ya no late. El bebé está muerto. Fue la lacónica respuesta que el médico perinatólogo del Seguro Social dio a las súplicas de una joven madre que presa de la angustia exigía se le atendiera desde horas antes en la clínica 16 del citado instituto, el pasado cuatro de julio del año en curso. La denuncia ya está en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Éricka María Padilla Ramírez, de 23 años de edad, oriunda y vecina del ejido El Perú, de este municipio, sufrió en carne propia lo que ella llama negligencia médica de parte del personal de Tococirugía y Perinatología del Hospital General de Zona No. 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Y no es para menos, ya que la odisea para que la atendieran comenzó un día antes, el tres de julio, cuando alrededor de las 16:00 horas arribó al área de Tococirugía del citado nosocomio, donde fue recibida por una doctora cuyo nombre no recuerda, pero que ya mostraba cierto grado de dilatación.
Sin embargo, se le envió a su casa hasta que las contracciones fueran más frecuentes y de mayor intensidad y entonces sí darle la atención debida, según quedó asentado en la formal denuncia que hiciera hace unos días en la Oficina Receptora de la PGJE, Delegación Laguna I.
Con la rabia e impotencia reflejadas en su rostro, Carlos Torres Sánchez, narra que durante la madrugada del cuatro de julio, su esposa Éricka María se quejó de fuertes dolores en el vientre, por lo que se alistaron para trasladarse a la clínica 16 del Seguro Social, a donde arribaron ese día a las 08:30 horas.
De nueva cuenta en Tococirugía, un médico ordenó le realizaran diversos estudios a la joven embarazada, entre ellos un ecosonograma, por lo que fue referida al área correspondiente en donde pasó varias horas antes que le practicaran el mencionado estudio.
Al filo del mediodía, tras haber aguardado más tiempo por el resultado del ecosonograma, se le acercó un médico con especialidad en Perinatología, que le dijo que: “Parece que el corazón de su bebé ya no late, por lo que es posible que esté muerto”.
Otro facultativo le indicó que “todo indica que el producto tiene problemas cardiovasculares, por lo que no se puede asegurar si está vivo o muerto”.
Con esta “delicadeza” mostrada por émulos de Hipócrates, la desconsolada mujer acudió a las 13:00 horas del cuatro de julio, hasta el módulo de Orientación al Derechohabiente donde interpuso una queja contra los médicos responsables que no le brindaron la atención adecuada desde que llegara a las 08:30 horas y a quienes culpa de que su bebé haya muerto en su vientre.
La afectada manifestó que debieron haberla preparado para el alumbramiento, toda vez que desde un día antes mostró dilatación y cuando regresó con las fuertes contracciones, los médicos no debieron esperar tanto tiempo, pues esto, asegura, fue lo que desencadenó el deceso del nonato.
Como no vio resultados viables por la queja presentada, Carlos decidió que fueran a la Procuraduría donde se le dio entrada a su querella y ya se investiga la responsabilidad de los médicos que intervinieron en este caso, en lo que puede ser otra negligencia del Seguro Social.