Interesante es poner la mirada en las finanzas públicas mexicanas, con la actitud que se tiene cuando se aprecia una pintura ?es decir buscando una impresión general-. Una buena oportunidad de apreciar el estado de las cuentas del sector público ?compuesto por el gobierno federal y las llamadas empresas paraestatales- son las cifras que recién acaba de dar a conocer la Secretaría de Hacienda para los primeros ocho meses del año.
¿Cómo podemos etiquetar el comportamiento en sus variables principales?
BIEN, LOS INGRESOS...POR EL PETRóLEO. Ya aplicando la vara de la inflación para tener una impresión realista, los ingresos del sector público crecieron 13.1 por ciento de enero a agosto del 2003 respecto al mismo lapso del año pasado. Nada mal para una población y un sector empresarial que tiene los bolsillos descosidos...cuando no vacíos. Claro que parte del estado de relativa holgura del los ingresos se debe a la situación coyunturalmente favorable de PEMEX, que con precios altos del hidrocarburo en los mercados internacionales y volúmenes de exportación de buen nivel, los ingresos petroleros crecieron un 25 por ciento. Otra vez, nada mal.
EL CRECIMIENTO DE LOS INGRESOS OPACA EL ALZA EN LOS GASTOS. ¿Austeridad presupuestal? Depende de como se enfoque. Si se visualiza a partir de las necesidades para cubrir la demandas sociales, las finanzas públicas padecen una insuficiencia crónica. Si se aprecia, sencillamente, a partir del incremento de los gastos en el estado actual de las finanzas públicas, éstos crecieron ?ya en términos reales- un 8.3 por ciento. Por supuesto, de no haber sido por la buena fortuna de los petroingresos, ya estaría poniéndose el grito en el cielo por el incremento la verdad elevado del gasto. No se nota esta alza en las erogaciones.....lógicamente porque los ingresos, otra vez, gracias a las exportaciones petroleras... que están creciendo más.
NADA MAL LOS IMPUESTOS. Para una economía que se encuentra apachurrada, las huestes de Francisco Gil Díaz no están haciendo mal trabajo. Los ingresos por impuestos crecieron 6 por ciento en términos reales. Las arcas de Hacienda recaudaron un 13.4 por ciento más de IVA, ya descontando el efecto de la inflación, aunque el comportamiento del Impuesto Sobre la Renta si reflejó el estado de estancamiento dado que pasado por la vara de la inflación estos ingresos en los primeros ochos meses del año fueron los mismos que en el mismo período del año pasado. Otra vez la apreciación de la recaudación depende del cristal con que se mire. Ciertamente estas percepciones están creciendo a buen ritmo pero ?nuevamente- son harto insuficientes para las necesidades de gasto. Por ejemplo el gasto de inversión ?un instrumento clave del gobierno para estimular la economía y promover el empleo que está alcanzando niveles críticos- aumentó apenas 4 por ciento en términos reales. La insuficiencia crónica de los ingresos, por supuesto, está relacionada con la necesidad de la reforma fiscal que ahora están tratando de empujar las huestes foxistas.
DE AQUÍ Y DE ALLá. Hay detalles de interés al meterle la lupa a algunas partidas de gasto. Entre otros; que la deuda sigue reduciendo la presión sobre la economía luego de que el costo financiero bajó 1.9 por ciento; que el gasto conjunto de los poderes legislativo y judicial, IFE y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (¿porqué no presentaron separadas estas partidas) creció 8.2 por ciento en términos reales de enero a agosto respecto al mismo lapso del año pasado; que en Los Pinos se gastan 884 millones de pesos en ocho meses 6.9 por ciento menos; que los gastos del IPAB, que sumaron 23.8 mil millones de pesos fueron 20.4 por ciento menores; y que Educación Pública, en ocho meses, consumió 63.5 mil millones de pesos de gasto, 2.3 por ciento menor que en el mismo lapso del año pasado.
UNA CONCLUSIóN. En suma, las finanzas públicas no presentan una mala cara. Lo malo es que tal situación durará mientras se prolongue la jauja de petroprecios. Al terminar ésta ?lo que ya se perfila para el año entrante- como luego dicen, la cobija no alcanzará para todos y, nuevamente, veremos venir los recortes.
n Desiderio Morales Pérez es economista, pionero de las secciones periodísticas de Economía y Finanzas en el norte de México.