Agencias
JERUSALÉN.- El ataque de Israel a un presunto campamento de entrenamiento de la Yihad Islámica en Siria amenaza con extender el conflicto con los palestinos y llevarlo hasta un viejo enemigo, cuyas fronteras con los israelíes permanecían tranquilas desde hace 30 años.
El ataque de ayer, en represalia por un atentado suicida de la milicia islámica ocurrido el sábado en la ciudad de Haifa, deja traslucir la frustración de Israel ante su propia incapacidad para terminar con tres años de enfrentamientos con los milicianos palestinos, a pesar de las operaciones militares constantes en Cisjordania y Gaza.
Si, como parece probable, Siria no responde con otro ataque militar, Israel ha logrado demostrar que está preparado para enfrentar a las naciones que respalden a grupos extremistas como parte de su campaña de frenar la violencia contra el Estado judío.
“El ataque de hoy es para mostrarle a la Yihad Islámica que no hallarán refugio donde quiera que lo busquen”, dijo Raanan Gissin, consejero del primer ministro israelí Ariel Sharon.
“Es también un mensaje muy claro para Siria. A pesar de las demandas de Estados Unidos para que cierre todas las bases (de milicianos), no ha hecho nada. Tienen que cumplir con lo que han prometido”, sostuvo.
En un comunicado, el ejército israelí no precisó si fuerzas aéreas o terrestres llevaron a cabo el ataque de represalia “en lo profundo del territorio sirio”.
“A raíz del ataque (de Haifa), el ejército ha comenzado a operar contra aquellos que estuvieron detrás del ataque, aquellos que apoyan el terrorismo y aquellos que usan la estrategia del terrorismo para dañar a los ciudadanos de Israel”, indicó el comunicado.
Añadió que “Yihad Islámica, como otras organizaciones terroristas, goza del apoyo y respaldo de países en la región, principalmente Irán y Siria. Siria es un país que auspicia el terrorismo y constantemente trata de sabotear cualquier intento por lograr calma y estabilidad en la región”.
Fuentes palestinas en Beirut, citadas por el diario israelí Haaretz, dijeron que aviones israelíes atacaron una instalación que pertenecía a un grupo palestino antiisraelí cerca de Damasco, la capital Siria, causando heridas a un hombre.
Se cree que es la primera vez desde la invasión israelí a el Líbano en 1982 que las fuerzas de Israel atacan blancos bien adentro del territorio sirio.
El ministro israelí de Defensa, Shaul Mofaz, se reunió el sábado por la noche con el jefe del Estado Mayor, Moshé Yaalon, y con otros funcionarios de seguridad, tras lo cual ordenó a las Fuerzas de Defensa llevar a cabo diversas acciones.
Fuentes de seguridad dijeron que estas respuestas involucrarán un incremento de la actividad militar en áreas fronterizas y su objetivo será evitar que los terroristas ingresen a territorio israelí en zonas en que no hay vallas.
Piden apoyo
Siria exigió al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ayer que condene un ataque aéreo israelí a una presunta base de entrenamiento palestino cerca de Damasco. El embajador israelí defendió el ataque y acusó a Siria de albergar terroristas.
Diplomáticos de los dos países hablaron en una reunión de emergencia del consejo convocada por pedido de Siria. El embajador sirio ante la ONU, Fayssal Mekdad, pidió al consejo que condene el ataque como una “agresión militar”.
Israel sigue “violando la Carta de las Naciones Unidas hasta el punto que muchos árabes y muchas personas a través del globo perciben que Israel está por encima de la ley”, dijo Mekdad.
Siria, el único país árabe entre los 15 miembros del consejo, quiere que éste condene “la agresión militar” israelí y exija al estado judío que desista de actos que “amenacen la paz y seguridad internacionales”.
La reunión pasó a cuarto intermedio cuando muchos delegados dijeron que necesitaban recibir instrucciones de sus gobiernos. El embajador estadounidense John Negroponte, que preside el consejo en octubre, no fijó fecha para continuar tratando el proyecto sirio.
En la reunión, el embajador israelí Dan Gillerman acusó a Siria de proporcionar “abrigo seguro, instalaciones para el entrenamiento, fondos, apoyo logístico” a organizaciones terroristas.
Calificó la incursión aérea de “respuesta defensiva moderada” y “acto claro de autodefensa” acorde con el derecho internacional.
Gillerman dijo que estaba “indignado” porque se convocó a la reunión en la víspera del Yom Kippur, la festividad judía más sagrada. Dijo que era irónico que un país al que Israel acusa de albergar terroristas convoque a una reunión para condenar la incursión.
Es “como si (Osama) bin Laden pidiera una reunión del Consejo de Seguridad después del 11 de septiembre”, dijo Gillerman antes de la reunión, y destacó que no se convocó una reunión del consejo para condenar el atentado del sábado contra civiles israelíes en Haifa.
Dijo que la delegación israelí se retiraría de la reunión después del atardecer, al comenzar la festividad de Yom Kippur.
Negroponte no condenó la incursión israelí. Pidió a “todas las partes que eviten acentuar las tensiones y piensen cuidadosamente en las consecuencias de sus acciones”. Acusó a Siria de albergar terroristas.
“Estados Unidos cree que Siria está en el bando equivocado en la guerra contra el terrorismo”, dijo. “Creemos que sería beneficioso para Siria y para los intereses de la paz en Medio Oriente que Siria deje de albergar a grupos que perpetran actos como el que sucedió ayer”.
Otros diplomáticos del consejo condenaron los ataques.
“Pensamos que este ataque es una violación inaceptable del derecho internacional”, dijo el embajador francés Jean-Marc de La Sabliere. El embajador británico, Emyr Jones Parry, dijo que la acción israelita “es inaceptable”.
El embajador paquistaní, Munir Akram, dijo que el ataque israelí era una “violación de la ley internacional”.
En la sesión abierta participará también Israel, cuyo representante criticó la decisión del Consejo de reunirse de urgencia por este ataque, mientras que no lo hizo tras el atentado perpetrado el pasado sábado en Haifa, que costó la vida a 20 personas y del que se declaró responsable la Yihad Islámica.
El ataque israelí de ayer tenía como objetivo una base existente en el campo de refugiados de Ein el Saheb, a unos 50 kilómetros al noroeste de Damasco.
Según el Ejército israelí, este lugar era empleado por la Yihad Islámica como lugar de entrenamiento, aunque este grupo radical palestino niega tener instalaciones de este tipo u oficinas en Siria.
Demanda EU moderación
Respondiendo a la más reciente ola de violencia en Medio Oriente, Estados Unidos pidió ayer moderación a todas las partes.
La apelación del Departamento de Estado se realizó mientras los líderes árabes advirtieron que la región podría quedar envuelta en “un círculo de violencia” después que aviones israelíes atacaron una supuesta base terrorista en Siria.
“Instamos a todas las partes a que practiquen la moderación y tengan en mente las consecuencias de sus acciones”, dijo el Departamento de Estado en una declaración escrita.
En la Casa Blanca, un funcionario del gobierno expresó que Estados Unidos constantemente le ha manifestado a Siria que cree que está en el lado equivocado de la lucha contra el terrorismo y que debe dejar de albergar a terroristas.
El Departamento de Estado dijo que grupos extremistas, entre ellos la Yihad Islámica, tienen presencia en Siria, y describió a ese país árabe como un estado que respalda al terrorismo.
El senador de la oposición demócrata Joe Lieberman comparó el bombardeo israelí con los ataques estadounidenses contra las bases de al-Qaida en Afganistán después de los ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
El presidente George W. Bush, en tanto, no respondió a una pregunta sobre el ataque israelí cuando terminó la misa y se fue de la iglesia.
Lieberman, uno de los candidatos presidenciales, dijo que Israel es “nuestro más firme aliado en la región”.
“Ningún gobierno puede cruzarse de brazos y dejar que eso continúe pasando”, sostuvo en declaraciones al canal de televisión Fox, refiriéndose a las acciones terroristas.