26 septiembre 2003
Tokio, (EFE).- Al menos dos personas han muerto y cerca de 300 han resultado heridas a causa de los dos terremotos, de una magnitud de 8 y 7 grados en la escala abierta de Richter, registrados hoy en la norteña isla japonesa de Hokkaido.
Según el Instituto Sismológico Nacional, el primer temblor ocurrió a las 04.50 horas locales (19.50 GMT del jueves) y su hipocentro se localizó a 60 kilómetros de profundidad a unos 80 kilómetros de las costas sudorientales de Kushiro, en la isla más septentrional del archipiélago nipón.
Apenas hora y media más tarde, a las 06.07 (21.07 GMT del jueves), los sismógrafos registraron un segundo terremoto de una magnitud de 7 grados en la misma zona, así como 19 réplicas de fuerza suficiente para ser percibidas.
El Instituto Sismológico elevó a media mañana su estimación inicial de la magnitud del primer terremoto de 7,8 a 8 grados.
A pesar de la fuerza de ambos, los seísmos no alcanzaron la calificación de catástrofe, pues los daños fueron limitados y apenas se registraron víctimas mortales, según los datos ofrecidos por las televisiones locales casi ocho horas después de ocurrir.
Hasta las 13.00 horas (04.00 GMT) la policía informó de dos personas muertas, una de ellas al ser atropellada por un automóvil cuando recogía cascotes caídos al suelo por el terremoto, además de 291 heridos, la mayoría por roturas de cristales y otros objetos.
Un pescador murió, al parecer de un ataque al corazón, cuando intentaba poner a salvo su embarcación en el puerto de Samani, en donde se hundieron algunas pequeñas embarcaciones, según fuentes locales.
La alerta lanzada en previsión de olas "tsunami" o maremotos, frecuentes tras los fuertes terremotos, provocó la evacuación de unos 45.000 habitantes de las zonas costeras.
El aviso fue extendido también a las costas de las provincias de Aomori, Iwate, Miyagi y Fukushima, situadas en la isla principal de Honshu, y se mantuvo hasta horas después del mediodía.
En varias localidades costeras de Hokkaido se apreciaron incrementos anormales del nivel del mar que llegaron a ser de 130 centímetros en Urakawa y de un metro en Kushiro.
El seísmo más fuerte se sintió con una intensidad de grado 6 en la escala nipona de siete puntos, en varias localidades de Hokkaido, situada a unos 800 kilómetros al norte de Tokio, y con menor intensidad en numerosas provincias de la zona.
Según la televisión pública NHK, se produjo un incendio en la refinería Idemitsu situada en el puerto de Tomakomai, en la que se podían apreciar las llamas y una densa columna de humo negro en un depósito de gasolina, incendio que fue sofocado y quedó bajo control de los bomberos horas después.
La compañía eléctrica de Hokkaido indicó que el movimiento telúrico causó la detención automática de la central térmica de Tomako-Atsuma que dejó sin suministro eléctrico a las comunidades de la zona, como Hiroo y Urakawa.
La central nuclear de Tomari, en la misma isla, funciona con normalidad y según la empresa eléctrica, no ha resultado afectada.
La NHK dijo que el temblor más fuerte causó una notable sacudida horizontal que duró varios segundos, hizo oscilar a los edificios y provocó caídas de objetos.
Con las primeras luces de la mañana se apreciaron grietas en carreteras y campos, aunque los edificios se mantienen en pie y la normalidad es patente.
En Onbetsu descarriló un tren que causó heridas leves a uno de sus pasajeros. Según la empresa local de ferrocarriles los servicios de trenes se reanudaron en las líneas de la isla, aunque con limitaciones de velocidad.
El aeropuerto de Sapporo, la capital de la región de Hokkaido, funciona con normalidad, aunque el de Kushiro está cerrado por el desplome del techo en alguno de sus edificios por lo que quedaron cancelados 28 vuelos previstos para el día.
Japón es un país propenso a los terremotos y sus estrictas normativas en materia de construcción suelen evitar que los daños sean de consideración cuando se producen los seísmos moderados o fuertes.