Vecinos de la colonia Ampliación Bellavista se quejan fuertes olores purtrefactos
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Autoridades de la Jurisdicción Sanitaria número dos así como de la Dirección de Salud Municipal de Gómez Palacio, reconocen que en la Facultad de Medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) han sido enterrados animales que antes de morir habían sido utilizados para prácticas de los alumnos.
Jesús Romero, encargado del área de Salud Ambiental de la Jurisdicción, comenta que en abril del año pasado, vecinos de la colonia Ampliación Bellavista notificaron la existencia de fuertes olores putrefactos provenientes de un predio propiedad de la UJED con el cual colindan las casas de los afectados.
Ante esta situación, expresa Romero, “tuvimos que ir a verificar y nos encontramos con que habían sido enterrados animales... había cal y ya no se registraban los malos olores”.
Posteriormente, la Jurisdicción envió un oficio con fecha de 14 de mayo de 2002 en donde citaba a las autoridades de la institución educativa para aclarar el hecho.
“Estuvieron aquí y se comprometieron a no seguir enterrando y a regresar a esta oficina pero ya no volvieron, hubo poca seriedad de su parte”, establece el del Salud Ambiental.
No obstante, también explica que para resolver inmediatamente el problema, primero dieron conocimiento a la Dirección de Ecología la cual, dice, “no acudieron”. Por lo que se tuvo que actuar omitiendo algunos pasos del procedimiento normal que se sigue para este tipo de casos. En vez de dar una orden de cumplimiento en un plazo determinado, se procedió a efectuar el citatorio.
“Lo que a nosotros nos interesaba solucionar era lo de los malos olores... y se solucionó”, expresa Jesús Romero.
Pero recientemente se han vuelto a hacer escuchar las quejas de los vecinos y nuevamente la Jurisdicción ha sido informada de lo sucedido; pero no solo esta dependencia, ahora también la Dirección de Salud Municipal.
El titular de ésta, Alejandro Nahul Tapia, informa que el jueves de la semana pasada mandaron a un inspector atendiendo el llamado de los colonos aledaños a la UJED. Según lo que explica en funcionario municipal “en una parte en donde arrancaron una palma quedó un hueco y “los estudiantes de medicina seguramente fueron a tirar un perro muerto ahí”.
Frente a esto, señala Nahul Tapia, los trabajadores de la Dirección procedieron a tapar el agujero y a encalar los restos; luego, “se habló con la dirección (de la universidad) y se les conminó a que no permitieran eso a los estudiantes”.
Según el director de salud, se estableció un convenio verbal para que la siguiente vez que existiera un cadáver de animal, “nos llamaran para ir por él y llevarlo al relleno sanitario”.
Declara además que dentro de aproximadamente 15 días “va a haber un incinerador en el rastro municipal”, el cual podrá ser utilizado para eliminar los restos delos perros usados en la UJED.
En caso de reincidencia, Alejandro Nahul Tapia afirma que se les aplicaría a los responsables una multa, “ya que se trata de una zona residencial, habitacional”.
El sábado por la tarde se registró una llamada anónima a este medio informativo de una persona, habitante de la Ampliación Bellavista que aseguraba haber visto a propios estudiantes cavando una fosa para enterrar a un perro.
Al asistir a la colonia, una vecina cuya casa posee un patio que se encuentra pegado al terreno de la institución superior, confirma las versiones al manifestar que la semana pasada volvieron a percibirse los hedores.
Dentro de la Facultad, después de pasar el complejo de edificios que albergan las aulas, se observan una especie de separos con canes en el interior.
A unos cuantos pasos está un extenso lote que inicia con una terrosa cancha de futbol. Al fondo, una barda de ladrillo, no muy alta, que circunda el área deportiva, divide los terrenos de la universidad y de las casas.
Alejado de los edificios y casi pegado a la pared que da a los patios de los vecinos de Ampliación Bellavista, puede apreciarse abundante tierra removida además de varios montículos.
Lo que más llama la atención es un pozo oval vacío sobre el cual se advierte una pala. Sin embrago, no se percibe ningún olor nauseabundo.
A pesar de todo esto, el Secretario Administrativo de la UJED, José Antonio Herrera Díaz, asegura que los alumnos tienen la orden de que “una vez que un perro se muera, deben llevarlo ellos mismos al basurero, ya que constamos con la autorización del Departamento de Limpieza para ahí depositar los restos de los animales”.
Desconocen problema
Acerca de dos lotes baldíos que se encuentran en la avenida San Ignacio y que colindan con la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) y que algunos vecinos de la colonia Jerusalén II han señalado como destino de algunos animales muertos envueltos en costales, las autoridades sanitarias no saben nada.
Jesús Romero, encargado del área de Salud Ambiental de la Jurisdicción Sanitaria número dos, manifiesta que hasta el momento no tienen conocimiento del caso.
Por su parte, Alejandro Nahul Tapia y Georgina de la Peña, titulares de las direcciones de Salud Municipal y de Ecología, respectivamente, dicen no haber recibido ninguna queja ni inconformidad de colonos.