El país
MADRID, ESPAÑA.-Casi un año después del atentado con coche bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola, que costó la vida a una niña de seis años y a un hombre, ETA ha volvió a actuar ayer en la costa de Alicante. Lo hizo por partida doble, con atentados en hoteles de las ciudades de Alicante y Benidorm, aunque, en esta ocasión, sin víctimas mortales. Pese a que las bombas explosionaron minutos antes de la hora anunciada al diario Gara -las 12:30 horas-, la policía tuvo tiempo de desalojar los hoteles, el Bahía de Alicante (22 habitaciones), y el Nadal de Benidorm (32 habitaciones), ambos situados a pie de playa. Sin embargo, otra llamada realizada en nombre de ETA a la delegación del diario Levante en Denia, avisó, a las once de la mañana, de que los artefactos estallarían una hora después, como así fue en el caso de la deflagración en el hotel alicantino. La de Benidorm se registró apenas diez minutos después. El ministro del Interior, Ángel Acebes, que se trasladó a Alicante y Benidorm para visitar a los heridos e inspeccionar los daños materiales, aseguró que ETA, en base a la diferencia horaria entre los avisos y las explosiones, pretendía causar una masacre. “Se trata de dos bombas trampa para multiplicar el riesgo y los efectos de los atentados, tanto en cuento a la población, a los ocupantes de los hoteles, empleados y fuerzas de seguridad”, dijo el ministro.
La policía busca a uno o dos jóvenes que el lunes alquilaron las habitaciones de los hoteles en las que estallaron los artefactos. En ambos casos el o los clientes pagaron dos días por adelantado. En el caso del hotel Nadal de Benidorm, según la recepcionista, el cliente era un joven con la cara vendada. El hotel de Alicante ocupa las plantas baja y primera de un inmueble de ocho pisos en el número seis de la avenida Juan Bautista Lafora, a escasos cien metros de la playa urbana de El Postiguet. Antes de la explosión la policía cortó el tráfico -un importante vial de seis carriles- y recomendó a los comercciantes que cerraran los locales. Los cristales de algunos de estos negocios se rompieron. Las vías del tranvía que circula paralelo a la playa de El Postiguet quedaron anegadas por los escombros. Los vecinos de los pisos más altos del inmueble donde se ubica el hotel no llegaron a ser desalojados.