TORREÓN, COAH.- Tengo miedo que se acerque la hora que tenga que dejar el penal, pues sé que afuera no me espera nadie y aquí está mi familia. Mi temor también es porque vuelva a caer en las drogas, dijo Luis López Sánchez, interno del Centro de Readaptación Social (Cereso).
Con 32 años de edad, oriundo de Ciudad Juárez, Chihuahua, Luis se encuentra bajo proceso por el delito de robo con violencia cometido hace tiempo, al andar bajo el influjo de los enervantes, específicamente heroína.
Orgulloso nos muestra ambos brazos diciendo que ya no tiene las marcas de las jeringas que utilizaba para inyectarse el estupefaciente, gastando lo que ganaba en lo que llama “payasear”, pues la hacía de payaso de la calle.
En mi vida tengo dos grandes temores, que cuando tenga que salir una vez que cumpla mi sentencia –aún no se le dicta— nadie me reciba, pues no tengo a nadie que me espere.
Y la otra, es que vuelva a caer en el vicio de la heroína. Mejor me quedo aquí. Estoy muy a gusto, aseveró.
Una vida difícil
Para Luis, la vida no ha sido fácil, pues desde muy corta edad ha tenido la necesidad de ganarse el pan, ya que su madre murió hace mucho a consecuencia de una sobredosis de droga, “era adicta”, dice, mientras que su padre sigue en Juárez, perdido también en el vicio.
¿Y tus hermanos?, se le pregunta. No los conozco, responde no sin mostrar un dejo de nostalgia.
Desde muy chico anduve en la calle, sé lo que es pasar hambre y frío y que lo vean a uno como si fuera un delincuente. No tengo casa ni familia. Crecí en las calles, en medio de todo lo que la gente odia.
Fue con quienes comencé a juntarme con los que probé la mariguana, el resistol y luego el cemento, pero más tarde, cuando conseguía dinero un “amigo” me enseñó la heroína y por varios años la estuve usando.
Para ganarse la vida tuvo que “payasear” en los cruceros haciendo malabarismos ante los automovilistas que esperaban la luz verde del semáforo.
En una de tantas loqueras, fue que se me hizo fácil hacer un asalto pero me agarraron. Mala suerte, pensé, pero ahora pienso lo contrario, pues ya dejé el vicio y ahora tengo familia.
Triste realidad
Me resisto a pensar que un día voy a salir. Por una parte sí quisiera, para conseguir una “morrita”, aunque estuviera casada, pero ¿y si vuelvo al vicio?
Es por eso que mejor deseo estar una larga temporada aquí, donde ya tengo a mis cuates... a mi familia y no tener que cometer robos cuando me dejen en libertad.
Luis López Sánchez se despidió con la esperanza que un día no muy lejano su destino le depare algo más favorable.