Para limpiar una sarteneta eléctrica
Si alguna vez se le ha quemado algún alimento en su sarteneta eléctrica, ya sabrá cuánto trabajo cuesta limpiarla. Pues bien, facilítese la tarea del modo siguiente: en vez de restregar residuos quemados una y otra vez para desprenderlos, vacíe usted en el artefacto una taza de agua con bicarbonato y déjela hervir unos minutos. Se sorprenderá al ver con qué facilidad limpia su sarteneta después de esta operación.
Sobrantes de jabón
Cuando abra una nueva pastilla de jabón, humedezca tanto ésta como el pedazo que ha quedado de las pastilla anterior. Frote la nueva con un cepillo de dientes hasta formar una buena jabonadura y presione sobre ella ese resto hasta que se adhiera perfectamente a la nueva pastilla. Luego deje afirmar la mezcla. Al cabo de poco tiempo se habrán adherido ambas partes tan bien que no sabrá usted en dónde acaba la vieja y comienza la nueva.
Faldas plisadas en el viaje
¿Quiere que lleguen sin novedad a su destino? Córtele el pie a una vieja media de nylon, doble o enrolle la falda de modo que todos los tablones queden rectos e introdúzcala cuidadosamente en la media. La prenda habrá viajado muy bien y podrá ponerse sin mayor problema.
Viajando por carretera
Si va a hacer un viaje relativamente prolongado en su carro, llévese una toalla de manos para cada persona. Cuando vayan a comer algo acomódela en su regazo para que recoja las migajas. Tanto su ropa como el mismo vehículo se protegerán bastante bien.
Para los enseres del baño
Una cesta de plástico colgada en el interior de la puerta del compartimiento de la regadera, o en la varilla de la cortina si no hay puerta, resulta muy útil para tener a la mano los diversos productos y enseres que se usan para el baño.
¿Uvas muy ácidas?
Quítelas de los tallos y póngalas dentro de un recipiente con agua azucarada (como 2 cucharadas por cada taza de agua). Déjelas así toda la noche y al día siguiente encontrará que han mejorado mucho.
Bolitas en los suéteres
Si no las quitan un buen cepillado, páseles por encima con mucho cuidado una navaja abierta de las que usan los barberos y luego cepíllelos. El estambre quedará mullido y se verá como nuevo. Es un sistema que se puede seguir las veces que sean necesario.