MEXICO, D.F., (SUNAEE).- La amistad es más significativa en la juventud; sin embargo, ésta tiene sus límites y puede fracturarse por la complicidad que llega a existir entre los amigos.
Algunos jóvenes, quienes en nombre de la amistad han estado involucrados en actos que dañan la integridad de alguna persona, saben que el sentirse culpables puede hasta quitarles el sueño por mucho tiempo; lo que de acuerdo con el sicólogo Sergio López Ramos, puede somatizarse.
"Actuar en contra de nuestros principios produce culpa. Tener un cargo de conciencia puede hasta provocar una enfermedad. Por eso yo recomiendo que la gente pida perdón", indicó.
Asimismo, el sicólogo manifiesta que existen complicidades que no son malas, pero que los excesos pueden fracturar la amistad, incluso de dos amigos que lo han sido durante toda la vida.
"Ser cómplice puede ser sano y permitir el crecimiento mutuo, partiendo del principio de que mientes por defender una vida.
Sin embargo, los excesos degradan la amistad, porque dan oportunidad de que surja el chantaje y de que el otro actúe comprometido".
Legalmente la complicidad es la cooperación y participación de alguien en la comisión de un delito.
Los diccionarios de la lengua española coinciden en que esta actitud muestra que existe conocimiento, por parte de dos o más personas, de algo que es secreto.
No obstante, esta palabra en la vida real adquiere diferentes connotaciones para los jóvenes, pues para algunos ser cómplice ha significado lealtad, aventura y hasta sorpresas