El "día del padre" fue aprovechado por varios lanzadores para regresar con el pie derecho a sus respectivos equipos y de esa manera tuvimos triunfos de Rodrigo López con los Orioles de Baltimore y el zurdo Oliver Pérez con los Padres de San Diego, mientras en la Liga Mexicana el derecho Jesús Olague del Tigres volvió a demostrar la fuerza que tuvo hace un año cuando resultó el brazo estelar de ese equipo.
Olague relevó el domingo pasado en una victoria de los Tigres y en dos entradas un tercio no aceptó hit ni carrera con cinco ponches y una base por bolas. En ese mismo partido el panameño Santos Hernández salvó su juego número 24 para seguir bien adelante entre los relevistas de la actual campaña.
El gran trabajo en la reaparición de Olague fue naturalmente una gran noticia para los Tigres ya que se veía difícil pensar en un nuevo campeonato sin tener el brazo importante de la campaña pasada. Fue Olague, quien por cierto había tirado un juego sin hit ni carrera contra el equipo felino cuando era parte de los Pericos de Puebla, el pitcher importante que los llevó a la gran final contra los Diablos Rojos. Como abridor y relevo, Olague fue el brazo clave. Tanto trabajo, sin embargo, lo dejó cansado para el séptimo y juego final contra los Diablos y en la primera mitad de la actual campaña se estuvo recuperando de las lesiones que llegaron con ese exceso de pitcheos, ya que siguió lanzando en invierno con los Tomateros de Culiacán. Olague terminó el verano de 2002 con 11 ganados y ocho perdidos, se vio tan bien que se ha pensado en él como un brazo muy especial ya de nuestro beisbol. Ahora llegó un alto en el camino, pero su explosivo relevo del domingo hace pensar que ya está listo para darle al Tigres el gran empujón que necesita para llegar a la meta con muchos puntos y luego buscar la que sería una quinta final en forma consecutiva. En las cuatro anteriores han ganado dos títulos y han perdido otros dos, siempre en batallas contra los Diablos Rojos del México.