La segunda jornada de la Conferencia de Liga Mayor de los “Diez Grandes” de la ONEFA, trae a La Laguna, a las Águilas Blancas del Instituto Politécnico Nacional, dirigidos por el veterano e ilustre Dr. Jacinto Licea. Equipo versátil, los llamados volátiles de Santo Tomás forman un equipo caracterizado por su rapidez, tanto a la ofensiva como a la defensiva.
Con toda una vida en los emparrillados, Jacinto Licea encabeza un grupo de entrenadores que se complementa con Guillermo Núñez Cañas como coordinador ofensivo, y Eric Sámano Martínez como coordinador defensivo.
Cuenta con una ofensiva que dirige Horacio Juárez Rodríguez, número seis en el jersey, con tres años de experiencia, y mariscal de campo de la Selección Nacional en el último Tazón Azteca, celebrado en esta ciudad y quien mandara un bonito pase de anotación a Juan Wong . Tiene brazo, visión de campo y aunque sabe moverse en la copa de protección, no es un mariscal de campo elusivo. Maneja bien la opción que corre frecuentemente con Israel Benavides (33) jugador proveniente de la Ola Verde de UPIICSA. La fortaleza ofensiva radica en el juego aéreo en donde sacan hasta cinco receptores. La línea ofensiva es regular.
La defensiva es sumamente rápida, juegan con tres frontales y dos exteriores, que presionan todo el tiempo al mariscal contrario, su líder es Óscar Yáñez (99), lo mejor es su defensiva secundaria encabezada por Cuitláhuac González (42) jugador de cuarto año. Leen muy bien la ofensiva aérea.
En suma, ofensiva terrestre, jugadas de opción. Aérea, hasta cinco receptores, sacan a los hombres de backfield atrás de los apoyadores. Defensiva rápida, frontal débil contra la carrera, presiona mucho al mariscal de campo y secundaria muy efectiva.
En el juego del domingo, en que Águilas Blancas estuvo a punto de quitar el invicto a los Borregos del Campus Monterrey, sin menospreciar a los guindas, considero que los regios salieron muy confiados, desconcentrados, tal vez por los festejos del LX aniversario, soberbios, al punto de que Frank González comentó en televisión, que no podían perder ante un rival inferior, lo que originó las críticas de los comentaristas de la cadena.
La ofensiva regia se cansó de fallar, fueron castigados en promedio una vez por serie mínimo, rudezas innecesarias, conductas antideportivas, golpeaban cuando ya había terminado la jugada y de hecho como producto de una acción de esta naturaleza, salió lastimado Juárez.
La ofensiva capitalina sólo anotó en dos ocasiones, el resto de los puntos los hizo la defensiva que interceptó y recuperó balones sueltos, y devolvió dichos balones a las diagonales.
Es un juego en que los laguneros saldrán vencedores, si juegan con inteligencia. Si los politos son débiles contra la corrida, pues habrá que establecer ofensiva terrestre, y no por fuera de las alas, sino en la trinchera, con jugadas por fuera del tackle, cruces y mezclar con algún pase . Si se empeñan en jugar por pase ante la mejor defensiva aérea que he visto éste año, se exponen a intercepciones y pérdidas de balón como le sucedió a los regios.
La defensiva deberá presionar a Juárez, no trae mucha movilidad porque estaba resentido de un golpe y en Monterrey lo acabaron de aflojar. Si contienen el juego aéreo de los guindas, la opción es fácil de parar cuando juegan bien los esquineros. “El Pantera” sabe bien de eso.