Ayer desquiciaron el tráfico por 5 horas en el primer cuadro de la ciudad
Luego de aproximadamente cinco horas de desestabilizar el tráfico vehicular en el primer cuadro de la ciudad, los ex trabajadores de Durango Apparel lograron el apoyo del Ejecutivo estatal para viajar a la Ciudad de México a solicitar a las autoridades centrales de la Secretaría de Hacienda una garantía por escrito que libere de gravámenes a la Planta Sur de esa empresa, ya que fue ésa la única condición previa a la compra que puso la empresa Carhart al participar como postor en la audiencia de remate.
Ayer, aproximadamente a las 10:40 horas, un numeroso grupo de ex empleados de Apparel realizó un plantón-bloqueo a las afueras de la Junta de Conciliación y Arbitraje, portando mantas en las que criticaban duramente la actuación que ha tenido en este conflicto el presidente de dicho tribunal, Juan Ruiz Sura. Luego los inconformes, subrayando que “llevamos siete meses con hambre”, protagonizaron una marcha por avenida 5 de Febrero hasta llegar a la altura de Palacio de Gobierno, donde iniciaron un plantón que concluyó pasadas las 15:00 horas.
En ese lapso, ya con el bloqueo en las calles aledañas a Gobierno, primero quiso negociar con los ex trabajadores el titular de Gobernación estatal, Hugo Quiñones Saravia; luego la subsecretaria de Gobierno, Susana Pacheco Rodríguez; posteriormente José Miguel Castro Carrillo, secretario general de Gobierno, y por último Juan Francisco Arroyo, secretario particular del gobernador Guerrero Mier. Ninguno logró desactivar el bloqueo.
La postura definida desde el domingo por los asalariados fue clara, en el sentido de no ceder hasta que personalmente los atendiera el mandatario. Y fue así como Ángel Sergio recibió a una comisión de ellos en Casa de Gobierno, donde les dijo ser incompetente para resolver su situación actual, pero les proporcionó los medios para ir a la capital del país a entrevistarse con funcionarios federales que podrían autorizar la expedición del escrito que originó las protestas.
“¡No más promesas!”
“Nuestras necesidades no le interesan a las autoridades, no nos resuelven nada. Por ello estamos iniciando una serie de medidas de presión”
En esta ocasión, la asoleada, el cansancio y el hambre duraron poco más de cinco horas. Sin embargo, los ex trabajadores de Durango Apparel, quienes ayer salieron nuevamente a las calles, tuvieron una parcial recompensa.
“Son siete meses de doblar las manos, de creer promesas, de aceptar a falsos redentores, de callar nuestra realidad. ¡Lo hemos aguantado todo para lograr una solución a nuestro conflicto!”, decían a las afueras de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje los dirigentes de los asalariados, al poner en práctica las tácticas de presión que orquestaron el domingo al mediodía en la Planta Sur de la empresa.
En esa ubicación, en 5 de Febrero a la altura del Hospital General, cerca de 350 ex empleados de Apparel realizaron, aproximadamente a las 10:40 horas, un fugaz plantón. Pero con ello lograron que los funcionarios de las diversas dependencias que se encuentran en la Unidad Administrativa enviaran al personal a su casa. Después de conseguir el primer objetivo, los manifestantes se retiraron.
Durante la marcha que protagonizaron por la circulación normal de 5 de Febrero hasta el crucero que forma con Bruno Martínez, uno de los líderes del contingente, Erik Burciaga Duarte, enfatizó: “Nuestras necesidades no lee interesan a las autoridades del Gobierno del Estado. No nos resuelven nada. Por ello estamos iniciando la serie de medidas de presión que llevaremos a cabo hasta que todos recibamos nuestras liquidaciones”.
“Queremos ver al Gober”
Haciendo paradas repentinas en los cruceros con mayor tráfico vehicular, llegaron después de las 11:15 a la altura de Palacio de Gobierno. Y ahí, antes de que otra cosa sucediera, decidieron bloquear tanto la avenida 5 de Febrero, como las calles Bruno Martínez y Zaragoza.
Con tal medida de presión lograron captar la atención de los funcionarios gubernamentales. Primero salió Hugo Quiñones Saravia, encargado de la oficina de Gobernación de la administración estatal, a quien ni siquiera dejaron hablar pues a gritos exigían que los atendiera el Gobernador. Enseguida, Quiñones se hizo acompañar por Susana Pacheco Rodríguez, subsecretaria de Gobierno, quien en vano les pedía que retiraran el bloqueo.
Con José Miguel Castro Carrillo sucedió algo similar, ya que se ofrecía como canal de diálogo, pero también lo rechazaron. “Ya nos sabemos sus mesas de diálogo. Nada más nos manzanean”, le indicó Erik Burciaga al funcionario, advirtiendo que si no se reunían con Sergio Guerrero Mier el plantón y el cierre de calles no concluiría.
El último intento fue de Juan Francisco Arroyo, secretario particular del mandatario. A él el Ejecutivo le giró instrucciones para ofrecer a los trabajadores una reunión con sus líderes a cambio de que quitaran de inmediato el plantón. Pero los asalariados de Apparel rechazaron quitar del bloqueo y subrayaron a Arroyo que sí platicarían con el Gobernador, pero no bajo sus condiciones.
“Sólo nos manzanean”
“Es que el Gobernador del Estado nos ha querido decir que él no tiene nada qué ver en esto, pero la verdad es que si tuviera voluntad política para solucionar nuestro conflicto, ya se hubiera comunicado con quien esté autorizado en Hacienda para que nos liberen la carta en la que se le da la garantía a Carhart -empresa interesada en adquirir bienes rematados de Apparel- de que no va a cargar con ningún adeudo fiscal atrasado de Durango Apparel”, señaló a El Siglo de Durango el líder de los inconformes.
La inconformidad era generalizada. Ya habían programado desde ayer los posibles escenarios que se podrían presentar luego de iniciar las movilizaciones. Previeron la retirada de la Unidad Administrativa “Ángel Rodríguez Solórzano” en cuanto presionaran a Juan Ruiz Sura, presidente de la JLCyA, y lograran que el personal de las diversas dependencias ahí establecidas se fuera pensando que quedarían tomadas las oficinas.
Se anticiparon a la intención de las autoridades por “negociar” sólo con los representantes. Acordaron que en esta ocasión no bajarían los brazos hasta tener algo firme. Incluso, consiguieron carpas y botellones de agua, por si empezaba desde ayer el plantón permanente en la Plaza IV Centenario.
Al DF
Pasadas las 13:00 horas, quienes encabezaban las protestas decidieron ir por su lado a Casa de Gobierno al encuentro con Guerrero Mier, quien desde su privado giró instrucciones precisas para que no entraran los medios de comunicación a dicha audiencia.
Por casi media hora la actitud de los ex trabajadores de Apparel giró en torno a defender la intervención de los medios de difusión; sin embargo, como vocero improvisado del mandatario, Miguel Bermúdez Cisneros, director del Trabajo, les dijo: “Me dio instrucciones de que pasen 13 ó 15, pero no los medios”.
Al final se convencieron de entrevistarse con el Ejecutivo sin que hubiera prensa. El encuentro se prolongó por más de una hora. Y al salir, cuestionados por este matutino, los dirigentes de los asalariados informaron que la postura de Guerrero Mier no varió, excepto porque les ofreció 50 mil pesos y un autobús contratado por el Gobierno del Estado para que se trasladen a la Ciudad de México a negociar, directamente en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la liberación de la multicitada carta-garantía.
Salieron escépticos y no del todo satisfechos. Fueron a la Secretaría de Finanzas y de Administración a ver lo relativo al dinero y la contratación del camión. Luego anunciaron a su gente lo negociado hasta el momento e informaron que saldrían de 20 a 40 ex trabajadores de Apparel a la capital del país para tratar de dar cumplimiento a la única condicionante que la empresa Carhartt puso para invertir 30 millones de pesos en la Planta Sur, cantidad que resolvería en gran medida el conflicto laboral de mil 600 trabajadores.
“Las medidas de presión –conminaron finalmente a su gente- no deben disminuir mientras vamos a la Ciudad de México. Esto no se va a acabar hasta que todos y cada uno de nosotros recibamos nuestra liquidación y, por otro lado, hasta que se nos den garantías para encontrar otro trabajo”.