Las condiciones laborales que prevalecen en la pequeña propiedad El Paredón del municipio de Matamoros, Coahuila, ameritan una visión analítica y objetiva.
De acuerdo a publicaciones sobre el caso, en la propiedad referida se emplean en la cosecha de chile a ochenta obreros agrícolas indígenas procedentes del Estado de Hidalgo, que a juicio de algunos ofrecen su mano de obra por sueldos míseros y bajo condiciones que son calificadas de infrahumanas.
Sin embargo los denunciantes no expresan el monto de tales sueldos ni en qué consisten tales condiciones, ni enuncian las razones que les mueven a calificarlos en esa forma y se limitan a referirlos como equiparables a las de El Porfiriato, con lo que se aplica una etiqueta o estereotipo que ninguna luz arroja sobre la realidad de lo que acontece en el caso y en cambio, denuestan a un empresario agrícola que al ofrecer empleo en abundancia, hace algo más que el promedio de sus pares.
Las críticas sobre el particular tampoco proponen alternativas de mejoramiento a las condiciones de los trabajadores migrantes, que resuelvan los inconvenientes que las propias impugnaciones señalan.
Resulta absurdo que al reclamo que existe en contra de la mendicidad que ejercen algunos indígenas en los cruceros de las ciudades de la Comarca Lagunera, se agreguen señalamientos que desalientan las oportunidades de trabajo que en relación a dichas personas se generan en la región.
Algo similar ocurre en la zona de San Pedro de las Colonias y en el área melonera de Ceballos en el Estado de Durango, en las que cada vez la pizca requiere una mayor afluencia de mano de obra que no existe disponible en la Comarca, lo que genera un fenómeno de migración temporal que debe ser atendido por el sector productivo con el apoyo y la supervisión del Gobierno.
Es cierto que ni la dignidad de las personas ni la aplicación de la ley en materia laboral son negociables, sin embargo, las condiciones específicas de vida y de oportunidades de trabajo son relativas y como tales deben considerarse. Ejemplo de lo anterior es el de los obreros europeos actuales, que aún los más modestos gozan de mejores condiciones de trabajo y calidad de vida (disposición de agua potable, drenaje, energía eléctrica, calefacción, servicio médico, vacaciones, etcétera), que las que disfrutaron los nobles de la Edad Media en esa misma región del planeta.
A esa luz se debe juzgar el desplazamiento de los campesinos indígenas de nuestro país que abandonan sus lugares de origen en busca de oportunidades que allá no tienen, para cubrir empleos que suelen ser desdeñados por los habitantes de nuestra región por razones de esfuerzo beneficio.
El fracaso de la Reforma Agraria en el campo lagunero, debido al extravío histórico del sistema ejidal en aras del control político electoral que ejercía el viejo régimen sobre el campesinado mexicano, se compensa con los frutos indirectos de los subsidios históricos que permitieron a hijos y nietos de ejidatarios, estudiar e incorporarse a la vida productiva de la región como técnicos, profesionistas y empresarios en diversas áreas distintas al campo.
En el caso de El Paredón, además de los trabajadores migrantes laboran ciento cincuenta jornaleros matamorenses, lo que indica que en dicha propiedad agrícola existe una oferta de trabajo que la región no satisface plenamente, bajo condiciones similares para operarios locales y foráneos.
Lo anterior no implica que la remuneración del trabajo humano deba quedar abandonada a las fuerzas de oferta y demanda. Existen instancias del Gobierno de Coahuila como es el caso de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, dentro de cuya competencia está la de supervisar las relaciones obrero patronales en la región, cuya función en el presente caso brilla por su ausencia.
A dicha instancia de gobierno corresponde vigilar que se cumplan las condiciones de trabajo que establece la ley, al margen de las apreciaciones subjetivas sobre el particular que al ser ventiladas, cuestionan a un sector productivo que si bien debe ser objeto de vigilancia, también debe serlo de apoyo por parte de gobierno y sociedad.