Víctor y Jeremías Juárez Martínez tienen muchos sueños, uno de ellos jugar en el Santos
GÓMEZ PALACIO, DGO.- De acuerdo a las cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), actualmente existen 20 millones de niños trabajadores (menores de 15 años) en América Latina. Tres de ellos son mexicanos, viven en esta ciudad y laboran de ocho de la mañana a dos de la tarde limpiando vidrios de carros en el crucero de la Calzada Lázaro Cárdenas y el Bulevar José Rebollo Acosta. Se trata de los hermanos Víctor y Jeremías Juárez Martínez de 12 y 14 años de edad, respectivamente, y de su amigo Héctor Jaramillo Martínez, quien tiene 14.
“A mí dicen El Pelón”, aclara risueño este último y más adelante confiesa que actualmente cursa el primer grado de secundaria, que trabaja sólo en vacaciones y los fines de semana, que lleva dos años y medio en el oficio de limpia vidrios y que gana entre 80 y 100 pesos al día.
Según lo que ellos mismos declaran, los Juárez Martínez están cerca de cumplir un año trabajando en este transitado punto de la ciudad. El menor de ellos dice que él nació en Torreón pero que ya tiene tiempo viviendo en la colonia El Foce de Gómez Palacio.
“Nosotros tampoco venimos (al crucero) cuando estamos en la escuela, sólo los sábados y domingos”, expresa. Él va en quinto de primaria y su hermano acaba de entrar a la secundaria.
La realidad que viven estos niños es dura. Cuando a Jeremías se le pregunta él por qué trabaja responde que “para ayudarle a mi mamá a la comida porque no encuentra trabajo”. Su madre perdió su lugar en la empresa que antes trabajaba y “mi papá ahí está en la casa pero ya se va ir quien sabe pa’ donde a conseguir chamba” confiesa.
¿Tienes más hermanos?
—Sí, dos.
¿Y ellos que hacen?
—Trabajaban, pero ya no, también están buscando trabajo.
De un camellón a otro, corriendo entre los carros, esperando a que el semáforo se ponga en rojo, estos niños se enfrentan también a los malos tratos de algunos conductores.
“A veces nos insultan porque no quieren que les lavemos”, dice Jeremías.
¿Qué les dicen?
—‘¡Muchacho pen... que no le dije que no!’.
“Un día uno me pegó con la puerta del carro” comenta ‘El Pelón’ un poco molesto.
Por si fuera poco, según el testimonio de estos tres pequeños limpia vidrios, también tienen que andarse escondiendo de los elementos de la Policía Municipal que, algunas veces, cuando los agarran, les quitan parte del dinero.
“Ta’ idiota el que se deja, yo por eso me les escondo” manifiesta Héctor Jaramillo y su amigo Víctor lo interrumpe para decir: “la poli nos quiere correr, dice que aquí no podemos estar y si les contestamos, nos dan un coscorrón”.
Al cuestionárseles acerca de lo que prefieren hacer para divertirse cuando no están en la escuela o el trabajo, los tres contestan que una parte del dinero la gastan en los ‘electropoints’, también conocidas como maquinitas.
El futuro de Héctor, Víctor y Jeremías es incierto. Tal como lo informa la OPS en un documento publicado en su página de internet el 11 de abril pasado, los infantes que trabajan están expuestos a altos riesgos por las condiciones tan adversas y la nula garantía de seguridad en donde laboran, aunado esto a los de por sí ya graves “problemas generales relacionados con la pobreza como la desnutrición, la anemia, la fatiga y la mayor exposición a las epidemias (...)”.
¿Qué quieres ser cuando crezcas?
—No sé...— responde riendo Jeremías. Después de unos segundos de silencio contesta: “meterme en el Santos”.
¿Juegas futbol ahora?
—No, jugaba, porque ya no tenemos balón.
Luego comienza a cantar al ritmo de ‘Me comprendes Mendes’ de los raperos regiomontanos Control Machete: “no quiero la escuela, prefiero futbol... jefa comprende prefiero el futbol”.
Héctor, no queriendo quedarse atrás dice: “yo quiero ser maistro albañil, pero de los buenos, como mi jefe.”
Antes de desaparecerse repentinamente del camellón central de la Lázaro Cárdenas, en donde se llevaba a cabo esta entrevista, se gritan entre ellos: “vamos a darle, se nos están pasando todos los carros”.