Agencias
BAGDAD, IRAQ.- La resistencia iraquí mató ayer a siete miembros de los servicios secretos españoles e hirió a otro en una emboscada perpetrada cerca de la ciudad de Al Hillah, a unos 100 kilómetros al sur de Bagdad.
Según testigos, poco antes de caer la noche, un grupo de personas armadas con armas ligeras y lanzagranadas atacó un convoy de dos vehículos en el que viajaban ocho personas, todos ellos miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español.
Los atacantes alcanzaron con sus armas a los dos vehículos, que ardieron por los cuatro costados, y a sus pies, tendidos en el suelo y entre los amasijos calcinados, fueron hallados siete cadáveres y un hombre herido, que ha sido trasladado a una unidad de atención médica, con heridas leves.
El ataque se produjo en la zona de Suwayrah, a unos treinta kilómetros de la ciudad de Al Hillah, lugar donde el pasado agosto los corresponsales de diferentes medios de comunicación fueron tiroteados por un grupo de desconocidos desde dos coches.
Poco después del ataque, tres helicópteros artillados “superpuma” del Ejército español partieron desde Diwaniya, ciudad meridional iraquí en la que están acantonadas las tropas de España destacas en Iraq, para recoger los cuerpos y evacuar al herido.
Fuentes de la oficina de prensa del Ejército español en Diwaniya explicaron que los españoles muertos no estaban bajo responsabilidad de la “Brigada Plus Ultra”, sino que “operaban desde el exterior”.
La cadena de televisión por satélite qatarí “Al Yazira” mostró unas imágenes captadas por un corresponsal británico escasos minutos después del ataque, en el que se podía observar a un grupo de iraquíes que bailaban alegremente alrededor de uno de los cadáveres.
El corresponsal de “Sky News”, David Bowden, que pasaba por allí en el momento del ataque, relató que pudo comprobar cómo había varios cuerpos en el suelo, pero que no pudo contarlos y captar más imágenes porque los iraquíes le amenazaron y le obligaron a marcharse.
Los ochos agentes del Centro Nacional español de Inteligencia (CNI), siete de los cuales fallecieron en un ataque en Iraq, cumplían una misión de reconocimiento previa al relevo de cuatro de ellos que iban a regresar a España próximamente, informó ayer el ministro español de Defensa, Federico Trillo.
El ministro español viajará a Iraq acompañado por el director del CNI, Jorge Dezcallar, para ocuparse de la repatriación de los cuerpos.
Trillo precisó que fueron los soldados de la tercera brigada estadounidense de la 82 División Aerotransportada los que recuperaron los cadáveres de los agentes españoles.
Los cuerpos fueron trasladados al velatorio del aeropuerto internacional de Bagdad, para proceder a los trámites forenses de identificación, mientras que el herido, José Manuel Sánchez Riera, ha resultado prácticamente ileso, aunque se encuentra bajo observación en los servicios sanitarios de la base Saint Michael, en Manuiya.
Trillo, vestido con traje oscuro y corbata negra, atribuyó al “terrorismo” el ataque contra un grupo de españoles que trabajaba “por la paz y las seguridad”.
Señaló que el Gobierno español ha transmitido a las familias de las víctimas y al CNI “su pésame y solidaridad en estos difíciles momentos” y pidió “a todos los ciudadanos de buena voluntad la máxima solidaridad con estos servidores del Estado y con sus compañeros”.
Por su parte en Tokio, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que dos japoneses, posiblemente diplomáticos, murieron en una aparente emboscada cerca de Tikrit, ciudad natal del derrocado presidente Saddam Hussein, 175 kilómetros al norte de Bagdad.
“Hay una posibilidad de que sean diplomáticos japoneses”, dijo el portavoz Hatsuhisa Takashima.
Los ataques se dieron días después de que el máximo comandante militar en Iraq dijo que los ataques contra las fuerzas norteamericanas han disminuido significativamente en las últimas semanas, pese a que noviembre ha sido el mes con el mayor número de muertos desde que la guerra se inició en marzo.
El teniente general Ricardo Sánchez dijo que los insurgentes realizaron menos ataques en los últimos siete días que en la semana anterior, debido a las tácticas más agresivas utilizadas por las fuerzas estadounidenses.