El Siglo-AEE
México, DF.- La competitividad de la economía así como la inserción de México en el contexto internacional, se reflejaron en el avance del país en materia comercial, pero no se evitó la concentración bilateral con el mercado estadounidense.
A partir de la entrada en vigor de los tratados y acuerdos comerciales que ha suscrito el país, se triplicaron las exportaciones, mismas que pasaron de 51 mil 886.1 millones de dólares en 1993, a 160 mil 763 millones de dólares en 2002.
Durante el periodo enero-junio de 2003, las ventas al exterior totalizaron 79.9 mil millones de dólares, 2.4 por ciento más que las realizadas en la misma fase del año pasado.
No obstante, la debilidad de la economía de Estados Unidos se ha reflejado en un estancamiento de las empresas altamente exportadoras de México.
Información estadística del Tercer Informe de Gobierno, revela que en los primeros cinco meses del presente año las exportaciones mexicanas al mercado de Estados Unidos significaron 11.2 por ciento del total de importaciones de este país, 0.8 puntos porcentuales menos que en igual periodo de 2002, como resultado de la inestabilidad de la demanda derivada del estancamiento que afecta a la economía estadounidense.
Así, la estrategia de diversificación de los mercados de exportación brinda importancia especial a las zonas geoeconómicas de Europa, Asia y América Latina, pues esta última región constituye un mercado natural para los empresarios mexicanos. Mientras que Europa y Asia significan las principales plazas de diversificación de las ventas al exterior mexicanas.
Por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio Unión Europea-México (TLCUEM), el cual entró en operación en julio de 2000, ha contribuido a que la Unión Europea se convierta en el segundo socio comercial y la segunda fuente de inversión extranjera directa para México.
Durante enero-junio de 2003, las exportaciones a ese destino crecieron 8.1 por ciento, respecto al mismo periodo de 2002, y las importaciones realizadas por empresas mexicanas de la Unión Europea avanzaron todavía en forma más dinámica, en 10.8 por ciento anual.
El establecimiento de tratados comerciales le permitió a la economía mexicana una mayor inserción en el comercio mundial, pero no evitó la concentración bilateral con Estados Unidos.