Durango es considerado uno de los estados con mayor índice de suicidios en todo México, y estuvo a punto de subir algunos peldaños con tres casos de este tipo que se lograron evitar tan sólo el día de antier.
Las implicadas son jóvenes mujeres que intentaron cortarse la existencia empleando dos de ellas pastillas de uso médico y la otra una cuerda improvisada, la cual afortunadamente no soportó su peso.
El primer caso es el de María Teresa González Herrera, de 36 años, quien tiene su domicilio en calle Uno número 312, de la colonia Santa María; ella tomó una fuerte cantidad de medicamento llamado Clonacepán y Diazepán.
El motivo fue la difícil situación económica que está viviendo por lo que consumió dicha medicina, pero al empezar a sentir los síntomas de la intoxicación se condujo a la clínica del ISSSTE.
Por su parte, Ana Laura Cruz Rodríguez, de 26 años de edad y con domicilio en calle Francisco Villa esquina con Gandhi de la colonia Arturo Gámiz, decidió privarse de la vida luego de encerrarse en su habitación, por lo cual utilizó un cable con el cual se ató a una viga, la cual cedió ante el peso de la joven.
Con el ruido los familiares entraron al cuarto en donde la encontraron tirada y con el cuello a lastimado por el objeto con el que pretendía matarse, por lo que fue traslada al Hospital General, sitio en donde se le apreciaron escoriaciones en su cuello con una extensión de 30 centímetros.
Finalmente, Liliana García Galindo, de 28 años de edad, con domicilio en calle Río Lerma de la colonia del Valle del Sur, consumió un elevado número de comprimidos de aspirinas y naproxeno debido a una fuerte depresión.
Luego de esto permanecía esperando el final, pero su hermana Teresa García logró darse cuenta de este hecho por lo que la llevó a la clínica del ISSSTE, en donde recibió atención médica para superar la intoxicación que ella misma se había provocado.
Afortunadamente estos sucesos no pasaron a mayores y se mantiene en 20 casos la cifra de personas suicidadas en lo que va del año.