Baja afluencia de votantes en los cuatro distritos de la Comarca Lagunera
COMARCA LAGUNERA.- Como una mañana de un día cualquiera, transcurrió la jornada electoral en la Comarca Lagunera para elegir diputados federales. El común denominador fue la poca afluencia de votantes, el aburrimiento y la apatía.
Los funcionarios de casillas tuvieron tiempo para almorzar, comer e incluso dormitar o bostezar con tranquilidad.
Para las nueve de la mañana las calles de Gómez Palacio y Lerdo, que comprenden los Distritos 02 y 03, lucían como todos los domingos: casi vacías. Los lugares más concurridos como siempre fueron: los puestos de menudo, de gordas y la tradicional “pulga”.
En Torreón y Matamoros, municipios que comprenden los Distritos 05 y 06, la historia no fue muy distinta. La soleada mañana del domingo seis de julio presentó una cara sosegada. En las calles había poca afluencia de peatones y de tráfico vehicular. El ambiente parecía desfavorecer a la contienda electoral, pues hasta avanzado el mediodía en las casillas solamente se veían los adormilados representantes electorales... y como fiel amigo del hombre, uno que otro perro tomando su siesta.
Alrededor de las diez de la mañana, la casilla 552 de la colonia Las Rosas de Gómez Palacio, fue muy concurrida. Más de una decena de reporteros esperaba el arribo del candidato priista por el Distrito 02, Carlos Herrera Araluce. Antes de su llegada la casilla sólo era ocupada por los funcionarios.
Minutos después llegó la alcaldesa, Leticia Herrera. También le tocó votar en el mismo lugar. Ambos sufragaron y dejaron pasar el tiempo suficiente para que fotógrafos y camarógrafos, pudieran captar su imagen al momento de depositar la boleta en la urna.
Carlos Herrera se mostró confiado en ganar. Dijo que esperaría los resultados trabajando en su rancho. Leticia Herrera pronosticó un proceso electoral tranquilo, tal y como lo reportaba hasta la mañana de ayer la Dirección de Seguridad Pública Municipal.
Y mientras algunas personas llegaban a votar a las colonias residenciales de Gómez Palacio en automóviles último modelo, otras se cooperaban para pagar el taxi o se disputaban un lugar en el carro de mulas, pues en sectores de la periferia no se instalaron casillas.
Por eso Rosario Flores está enojada. Vive en la colonia El Mezquital y ante la falta de casillas, se vio en la necesidad de viajar más de cuatro kilómetros para poder emitir su voto. Su madre pagó un taxi para poder ejercer su derecho como mexicana.
Hubo a quienes no les alcanzó el dinero ni para el camión. Prefirieron no ir a votar. Otros simplemente utilizaron los carros de mulas para acudir a las casillas más cercanas, pero fueron pocos: la mayoría optó por quedarse en casa ante la falta de recursos y medios de transporte. Y es que los candidatos no lograron con sus campañas motivar a la gente, en la casilla básica ubicada en la avenida Ocampo 309 poniente, esquina con Galeana, María Cristina Alatorre Favela, luego de emitir su voto, expuso su sentir ante estas elecciones: “De hecho creo que no hay ningún candidato que valga la pena, pero me siento obligada a ello. No necesitamos niños ricos como nuestro Alcalde, que cree que pavimentando carreteras va a arreglar todo”, dice con marcada molestia.
En Matamoros los reproches eran similares. Una pareja de esposos con bolsas de mandado que caminaba por el Mercado Hidalgo, tajantemente dijeron que no acudirían a votar, “para qué, dígame, después le da a uno más coraje ver que esos pen... se burlan de uno... no tiene caso para nosotros”, añade el señor al tiempo que voltea a ver a su esposa, quien asiente con su cabeza.
En este municipio no hubo conatos de violencia, solamente un incidente con un señor de avanzada edad que acudió a votar a la escuela primaria del ejido San Miguel y se negó a que su dedo fuera manchado con la tinta negra, “se puso bravo el anciano, pero al final lo tomamos como dato curioso, lo malo es que su sufragio tuvo que ser anulado”, dijo Celia García Lara, presidenta de una de las tres casillas ubicadas en el ejido San Miguel, donde también le correspondía acudir a votar a los habitantes de los ejidos El Olivo y Olivares, Pequeño Rancho Grande y colonia Gómez Zeta. También aquí, el ausentismo fue notorio
Larga jornada
Como pecador al confesionario, así llegaban los votantes: uno al momento y otro, mucho después. La poca gente que en las calles paseaba por la mañana, no toda pretendía acudir a votar y así lo demostró un grupo de señoras que caminaban rumbo a la dirección de una de las casillas, quienes dijeron casi al unísono: “vamos a escuchar misa... qué votos ni que ocho cuartos...”, argumentaron mordaces.
Para las 11:15 de la mañana, en una casilla que se encontraba ubicada entre Zacatecas y García Carrillo de Torreón, solamente 60 votantes habían acudido, “lo que es muy bajo, tomando en cuenta que en esta casilla tenemos una lista de 641 personas registradas”, dice su presidente, José Carmen Mendoza Enríquez, quien como una manera de convencerse a sí mismo, añade: “para la tarde, seguro que aquí no cabrá ni una aguja...”, lamentablemente no fue así.
El alcalde, Luis Fernando González Achem, también acudió tarde a emitir su voto. Después de las once de la mañana, llegó a la casilla y ahí realizó una evaluación sobre cómo transcurría el proceso electoral.
“Afortunadamente hasta ahora no ha habido ningún accidente que lamentar. Hay un ambiente de respeto y armonía, de unidad entre los mexicanos, respetando las diferencias ideológicas y partidistas de cada quien, el voto es secreto y eso es una garantía para todos los mexicanos, pero también es universal y personal, directo”.
Y mientras el Alcalde hablaba sobre los beneficios de un voto universal y personal, el domingo seguía transcurriendo como cualquier otro donde las filas sólo se hacen para comprar menudo.
El ruido público
Las denuncias, los dimes y diretes, no podían faltar en este proceso electoral. Candidatos y militantes de los diferentes partidos, además de uno que otro ciudadano, revelaron irregularidades de todo tipo: coacción de voto, acarreo y entrega de despensas.
En el Distrito 05, le tocó el turno a César de León, juez del Distrito Civil, quien fue acusado por militantes del Partido del Trabajo de incitar a la gente a votar por el Partido Revolucionario Institucional a cambio de 200 pesos.
En Matamoros, la presencia de funcionarios del Ayuntamiento en la confluencia de la calle Zuazua y calle Alatorre, llamó la atención y fueron acusados por el Partido del Trabajo de incitar al voto a cambio de dinero.
En el ejido La Concha, perteneciente al municipio de Torreón, ciudadanos denunciaron el acarreo de votantes en taxis, además de coaccionar el voto por 50 pesos.
El alcalde, Guillermo Anaya, habló ante los medios de comunicación sobre el acarreo de votos en diferentes partes del municipio, así como la venta clandestina de bebidas embriagantes.
Gabriel Castillo, candidato perredista por el Distrito 03, señaló que tanto funcionarios y ex funcionarios del Gobierno del Estado y Municipal, presionaron a los representantes de casilla para votar a favor del PRI. Pidió a las autoridades dejar de meter las manos en este proceso electoral.
Según Gabriel Calvillo, militantes del PRI también coaccionaron el voto en Nazas y Ciudad Bolívar.
Gustavo López, presidente del Partido Acción Nacional, indicó que había acarreo de votantes en las casillas 538 y 540, sin embargo, no pudo precisar a favor de cuál partido, pues dijo que en ese momento no tenía la información al respecto. También advirtió sobre irregularidades en la apertura de casillas.
La diputada, Rosario Castro Lozano, también se quejó. Reveló el reparto de despensas e incluso aseguró que el sábado por la noche fue detectada y detenida una camioneta en la comunidad de Cuauhtémoc, cerca de Cuencamé, la cual es propiedad del suplente del candidato prisita, Ulises Adame de León.