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BRUSELAS, BÉLGICA.- El presidente de la Comisión Europea (CE), Romano Prodi, reconoció ayer que el estrepitoso fracaso de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Cancún ha sido una derrota de los poderosos y “una importante victoria de las naciones en vías de desarrollo”.
Romano Prodi aseguró que tras el fracaso de Cancún, “la Unión Europea ha tomado nota para ver de qué forma se pueden reconducir las negociaciones”.
Reconoció, sin embargo, que la unidad y el empuje del denominado G-21, que agrupa a un poderoso bloque de naciones en vías de desarrollo, marcará un antes y un después de Cancún.
“Estamos hablando de un grupo de países que representa a más de la mitad de la población mundial y depende en buena medida de la agricultura”, refirió, en alusión al poder emergente de un grupo de naciones que se han negado a aceptar sin rechistar las condiciones de las negociaciones pactadas por EU y la Unión Europea antes de llegar a Cancún.
El fracaso de Cancún ha supuesto un duro revés a los planes de la Unión Europea y Estados Unidos.
El empuje del denominado G-21 y de un interlocutor como Brasil, frente a su contraparte europea y estadounidense, consiguió frustrar los planes de una encerrona durante una cumbre que sólo ha conseguido poner en evidencia el abismo que separa al Norte del Sur, en el intrincado terreno de las negociaciones comerciales, particularmente el sector agrícola.
“Sin embargo, tras el fracaso de Cancún, todos estamos obligados a revisar nuestra estrategia y nuestras propias posiciones para evitar el fracaso definitivo de las negociaciones”, apuntó.
“Y la revisión del capítulo agrícola será, sin duda alguna, un quebradero de cabeza para los gobiernos de EU y los europeos que, antes de un próximo encuentro con el G-21 en diciembre, tendremos que sentarnos a revisar para evitar un nuevo fracaso”, reconoció ayer un funcionario de la Comisión Europea que no pudo ocultar su sensación de derrota tras el encontronazo del Sur y del Norte que ha tenido lugar en Cancún.