TORREÓN, COAH.- Un homenaje al desierto de Bilbao en 33 fotografías, es lo que se presentará esta noche en el Centro de las Artes del Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna.
Bajo el título Desierto y Corazón, el lagunero Héctor Flores reúne una serie en formato cinco por siete, a blanco y negro, en la exposición que se inaugura en punto de las 20:30 horas.
Encuadres cerrados y al mismo tiempo panoramas; contrastes en la escala de grises; imágenes con efectos nocturnos, son algunos de los aspectos que el espectador encontrará en este trabajo artístico.
En entrevista, Héctor Flores comentó que la idea de realizar una serie sobre el desierto surgió hace muchos años, porque desde siempre se ha sentido atraído por estos paisajes. Por ello, hace unos meses fue hasta el Desierto de Bilbao sin equipo fotográfico, únicamente para sensibilizarse con el panorama, y se encontró con un mundo de gente que lo dejó casi como un basurero.
Tal situación lo hizo reflexionar y darse cuenta de su verdadero significado: “Para mí refleja mucho el espíritu que todos los laguneros emanamos, es cierto que vencimos al desierto, pero finalmente nos fusionamos y crecimos sobre él”.
Pero en las imágenes no se presenta esa parte descuidada, sino la diversidad de formas y texturas que se dan en las Dunas de Bilbao, un sitio que es frecuentemente visitado por la gente que viene de otras partes del país, pero ignorado por quienes habitan en este contexto.
En la exposición, Héctor rinde homenaje “a la soledad que proyecta el desierto, a la grandiosidad de sus imágenes, de sus texturas”. Y asegura “Para mí es un misterio el pasado de Bilbao, imaginar qué hubo encima, observar cómo van cambiando de posición las Dunas”.
El fotógrafo hace una comparación de las Dunas con el proceso de la vida misma: “Hablando un poco románticamente, el desarrollo de la vida es muy similar, el viento te va llevando por muchos lugares, y la gente toma formas nuevas y finalmente llegas siendo la misma gente, y los laguneros somos gente de desierto”.
Imágenes del Desierto de Bilbao hay muchas, pero éstas reflejan la visión particular de Héctor Flores. La diferencia con respecto a otras, está en los encuadres cerrados, el manejo de los oscuros, y en los pequeños pedazos del alma que le ha robado a las Dunas.
Ahora son “Chanatitos”
Hoy inicia el taller de grabado para niños a cargo de Teresa Hernández, en El Chanate.
Bajo el título Chanatitos, en este taller los niños tienen la oportunidad de desenvolverse y explorar su creatividad, experimentando con diferentes materiales, texturas y creando colores.
El taller está dirigido a niños de cinco a 11 años de edad.
Los grupos estarán divididos de acuerdo a las edades, para que de esta manera los pequeños se sientan a gusto y logren convivir e intercambiar ideas con mayor fluidez.
Cada grupo tiene un cupo de 15 años como máximo. Cada sesión tiene una duración de dos horas, con un receso intermedio.
Éstas son algunas de las técnicas a incluir en el programa de actividades: Grabado con plastilina, sellos de fommy, monotipo, monotipo con utilización de materiales, gofrado, grabado en acetato, aguatinta, transgrafía.
Mayores informes al 712-46-00.
SU CAMINO
Héctor Flores es abogado de profesión, pero fotógrafo de corazón.
-Ésta es la tercera muestra individual que presenta. La primera fue Soledades, en un centro comercial de Cuatro Caminos, y la segunda en el Tecnológico de Monterrey, que se llamó Palindromía.
-Como aficionado a la fotografía tengo mucho tiempo, de manera profesional se dedica desde hace dos años aproximadamente.
-Ha tomado cursos de iluminación, de composición, de figura humana, y de fotografía profesional en formato chico.
-“Para mí es un hobbie muy en serio, pero yo soy abogado en el área de recursos humanos, me dedico a la abogacía para comer y a la fotografía para vivir”.
FUENTE: Héctor Flores