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Un año difícil para el arbitraje

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MÉXICO, DF.- El pleito entre Edgardo Codesal y Felipe Ramos Rizo, que inició con la denuncia de un supuesto soborno de la directiva de Jaguares al representante mexicano del arbitraje en la Copa Mundial 2002, culminó con la salida de ambos personajes de la escena del futbol.

Espionaje telefónico de varias conversaciones de Ramos Rizo y la publicación de estados de una cuenta bancaria, comparecencias ante la Procuraduría General de la República (PGR) y la renuncia de ambos como último capítulo, fueron algunos ingredientes en esta futbol-novela que acaparó la atención en México durante 2003.

Amigos entrañables por varios años, el ex titular de la Comisión de Arbitraje de la Federación Mexicana de Futbol (Codesal) y el juez central nominado a siete finales por el título en el máximo circuito del balompié nacional (FRR), protagonizaron el mayor de los escándalos que sacudieron al organismo rector de este deporte en nuestro país.

Todo inició cuando el comentarista de televisión, José Ramón Fernández, aseguró en una columna publicada en un diario que el silbante habría recibido una elevada cantidad de dinero para favorecer en sus decisiones al equipo Jaguares, en el partido contra Cruz Azul de la fecha 18 del Campeonato Clausura 2003, para que se salvara del descenso.

Ello provocó una investigación a sus cuentas y con ello la violación del secreto bancario porque se dieron a conocer públicamente. En una de ellas se hacía hincapié a un depósito de 250 mil pesos, que habría sido presumiblemente el pago por favorecer a Jaguares en el juego de la fecha 18 ante Cruz Azul, que luego demostró fue por la venta de un departamento de su propiedad.

Aunque el entonces titular de la Comisión de Arbitraje defendió al silbante, a quien protegía a "capa y espada", algunas diferencias entre ambos empezaron a registrarse hacia la parte final del primer torneo del año, al tiempo que ambos negaban que fuera cierto.

De principio, la versión más cercana del resquebrajamiento era de que Ramos Rizo se negó a la compra de uniformes de cierta marca para todo el gremio, mientras él tenía tratos con una diferente y donde podía conseguirlos a menor precio.

Uno de los puntos más evidentes en el rompimiento fue la nominación de Marco Antonio Rodríguez, otro de los silbantes con gafete internacional de FIFA, a la final de vuelta entre Morelia y Monterrey, efectuada el 14 de junio en el Estadio Morelos, mientras que Ramos Rizo dirigió el choque de ida, el día 11.

Previo a que iniciara este conflicto, el juez en cuestión era visiblemente de los favoritos de Codesal. Como agradecimiento a esa confianza, durante 2002 Ramos Rizo encabezó una campaña para reunir 600 firmas de silbantes en apoyo del uruguayo nacionalizado mexicano cuando había presentado su renuncia.

Ya para entonces el espionaje telefónico a la línea de Ramos Rizo había comenzado, según se detalló tiempo después cuando se conoció la existencia de 25 casetes, que llegaron misteriosamente a casa del uruguayo nacionalizado mexicano, en una zona con mucha vigilancia, además de que jamás se descubrió al autor de la entrega.

En ese material se escuchaba al nazareno molesto en una charla con Rafael Herrera Aguirre, asistente con gafete internacional de FIFA, porque había sido designado para un partido semifinal de esa campaña, lo que significaba que automáticamente estaría fuera de la final por el título en el duelo de vuelta.

Uno más permitía escuchar al susodicho en otra charla con una persona distinta a la anterior, donde usaba palabras soeces para referirse a la hija de Codesal.

Para el día 26 de agosto Codesal se reunió con el comité directivo del máximo circuito y al final de la misma informó la suspensión de dos meses, retroactiva al dos de agosto, para Ramos Rizo, por las ofensas hacia su persona y su familia, durante la citada grabación.

Aunque fue hasta cinco días más tarde (31) cuando se conoció públicamente la existencia de algunas de las grabaciones clandestinas realizadas al silbante, que misteriosamente llegaron a manos de Codesal; también se manejó la versión de que el juez con gafete de FIFA, encabezaba un complot para destronar al directivo.

El Campeonato Apertura 2003 de la Primera División Nacional comenzó desde el día dos sin que el juez fuera designado para conducir algún partido. Tampoco el asistente Rafael Herrera Aguirre fue nominado y más tarde se supo que igualmente estaba castigado, luego que él participara en una de las conversaciones grabadas.

Otra arista en este asunto fue saber por qué los clubes Morelia y Pachuca aportaban cierta cantidad como patrocinadores de la página de Internet del árbitro mundialista. Éste lo negó, pero el presidente de Monarcas, Álvaro Dávila, lo desmintió y reveló que ambos clubes participan económicamente en dicho proyecto.

Una grabación televisiva, donde participaba la directora de relaciones públicas de la FMF, Cucú Estévez, anteriormente titular del mismo cargo en Morelia, con Ramos Rizo, derivó que la primera fuera despedida del organismo tras las protestas de presidentes de clubs.

En investigaciones periodísticas se conoció que había personas allegadas a la Comisión de Arbitraje que pudieron realizar la tarea de escuchar las conversaciones, Antonio López Chávez e Ignacio Luna.

El dos de septiembre el presidente de la FMF, Alberto de la Torre, reveló un diario capitalino que él también había sido objeto de grabaciones telefónicas e incluso de amenazas de muerte durante su administración y afirmó que "cada seis meses se hacen revisiones a las instalaciones telefónicas de la Federación".

A partir de septiembre tomó el caso tintes políticos con la intervención de varios funcionarios públicos, como el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, el priísta José Manuel Carrillo, presidente de la Comisión de Juventud y Deporte de la 59 Legislatura de la Cámara de Diputados y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Aunque el fondo de su mensaje tenía otro fin, pues estaba enfocado a lo expuesto por el líder de la bancada priísta en la Cámara de Diputados, quien se quejó de espionaje telefónico y que sus conversaciones habían sido divulgadas; lo dicho por Creel Miranda igual tuvo relación con este caso.

"La impunidad no debe vencer al estado de derecho, y una manera de responder a estas violaciones a las intimidades de las personas, debe ser que se deslinden responsabilidades y los castigos sean ejemplares", dijo el diez de septiembre.

El uno de octubre, la Cámara de Diputados, mediante la Comisión de Juventud y Deporte, solicitó a la FMF que levantara la inhabilitación indefinida aplicada a Felipe Ramos Rizo por el Consejo Nacional tras calificarlo de anticonstitucional.

Cuando el silbante estaba cerca de cumplir su sanción de dos meses vino un nuevo giro al asunto, pues aconsejado por su abogado, el 17 de septiembre presentó una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) en contra de quien resultara responsable por el delito de espionaje telefónico y violación al secreto bancario.

Esa querella fue canalizada a la Fiscalía Especializada en contra de la Delincuencia Organizada. Sólo que el día 12, Codesal, también acompañado por sus representantes legales acudió a la PGR para deslindarse de cualquier responsabilidad en el caso de "espionaje telefónico".

Al salirse del orden de la FMF, los integrantes del Consejo Nacional determinaron inhabilitar a Felipe Ramos Rizo durante el tiempo que tarden las investigaciones de las autoridades judiciales.

En esa misma reunión, el 23 de septiembre, el órgano rector del balompié otorgó una licencia a Edgardo Codesal para ausentarse de su cargo de presidente de la Comisión de Árbitros, a fin de atender todo lo relacionado con la denuncia por espionaje telefónico y en su lugar fue nombrado como titular interino a Arturo Yamazaki.

Fuerte fue la protesta elevada por el presidente de la Comisión de Juventud y Deporte de la 59 Legislatura de la Cámara de Diputados a esta medida.

El ocho de octubre, el diputado manifestó: "Es urgente poner en orden y en cintura a cualquier institución que en el ámbito del deporte y de la juventud vulnere los derechos humanos de la gente".

Y es que como parte de la inhabilitación, Felipe Ramos Rizo fue impedido de efectuar las pruebas físicas y técnicas que el resto de los silbantes y auxiliares hicieron el 29 de septiembre en el Estadio Olímpico Universitario, para la renovación del gafete internacional de FIFA, que él tenía desde 1997.

Un grupo superior a 70 personas se plantó el 30 de septiembre en las oficinas de la FMF para protestar por lo que era considerado un atropello. Al día siguiente Ramos Rizo se reunió con el jerarca de la FMF, quien aseveró: "Se elabora un plan para su regreso a las canchas".

En esos días Codesal se presentó con sus abogados a declarar ante la Fiscalía Especializada en contra de la Delincuencia Organizada y prometió en una segunda cita entregar copias de las grabaciones.

Sorpresivamente, el diez de octubre, en una conferencia de prensa donde estuvo acompañado por su familia, Felipe Ramos Rizo anunció su adiós del arbitraje profesional, que incluyó siete finales de la Primera División, dos en juegos de ida y cinco de vuelta, en un restaurante del sur de la capital del país.

Esto se registró tres días antes de una asamblea de presidentes, en la cual el tema de su posible separación estaba en agenda. Aseguró el personaje en cuestión que se iba tranquilo y seguro de la determinación que había tomado, consultada con su esposa e hijos.

Apenas, el 23 de octubre, igual que otros de sus colegas como Arturo Brizio Carter, Bonifacio Núñez Vega y León Padró Borja, metidos en el análisis de las actuaciones arbitrales desde la tribuna de medios periodísticos, Ramos Rizo debutó como comentarista deportivo para la cadena MVS Multivisión.

De forma paradójica lo hizo en un partido Atlante-Irapuato, pues el primer club es propiedad del mismo dueño que era Jaguares de Chiapas, Alejandro Burillo Azcárraga, escuadra que supuestamente se vio favorecida por el pago de dinero al ex silbante para que lograra su permanencia en la Primera División en la competencia directa con Colibríes.

Y el siguiente capítulo en esta historia se vivió recientemente, cuando por "invitación" del Consejo Nacional, Edgardo Codesal, juez central en la final de la Copa Mundial de Italia 1990 (Argentina 0-1 Alemania), acordó terminar su licencia y renunciar a la presidencia de la Comisión de Arbitraje de la FMF.

De 52 años de edad, el ex dirigente dijo que su salida definitiva es "lo mejor para el futbol y el arbitraje mexicano" tras 25 años de estar ligado a esta actividad.

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