Héctor Pineda posee una completa coleción de cámaras y fotografías
TORREÓN, COAH.- Un completo museo de cámaras fotográficas e imágenes de recuerdos congelados, conserva en la planta baja de su hogar, ubicado en la ciudad de Gómez Palacio, Dgo., Héctor Pineda Franco, apasionado de la lente desde hace ya, varios años.
Pineda Franco, originario de Hueypoxtla, Estado de México, pero radicado en esa ciudad desde hace 28 años, atesora alrededor de 80 cámaras fotográficas, algunas de ellas utilizadas durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, otras más, empleadas en los años 20’s y así, la mayoría antiguas.
Como parte de su querida colección, se hallan también 25 tipos de lentes fotográficos de la época de los 60’s, proyectores, flash y una cámara de cine con la que hace años se filmaban películas de tipo súper ocho.
Nuestro entrevistado, estimado y ampliamente conocido en Gómez Palacio, Dgo., por su entrañable don de gente, además por las exposiciones fotográficas que esporádicamente ha exhibido en diferentes instituciones culturales de la localidad, inició su muestra hace 15 años, aproximadamente.
¿Cómo empezó su preferencia por la fotografía?
-No recuerdo exactamente el año, pero fue alrededor de los 50’s, en mi tierra natal. Yo trabajaba en un laboratorio de análisis pre nupciales, en aquella época se pedía como requisito que los resultados de los estudios llevaran impresas la fotografía de la pareja de futuros contrayentes; ahí empecé “mis pininos’’.
¿Cuándo toma fotografías y qué temas prefiere?
-Me gusta captar imágenes en mi tiempo libre, y principalmente hacer recorridos turísticos para captar los paisajes, la puesta de Sol, los animales –me fascinan-, y fotografías espontáneas de personas indigentes que en su rostro reflejen su sentir.
¿Tiene alguna fotografía preferida?
-Sí, se trata de una toma que hice en el cerro de La India de Mapimí, Dgo.; me puse a observarla con detenimiento y descubrí que dentro de esa imagen existe otra en la parte de la barbilla, en la cual se refleja el rostro de Cristo en pequeño. Para poder captar este detalle, es necesario retirarse de seis a ocho kilómetros del pueblo.
Cuente algo gracioso o relevante que le haya ocurrido en su profesión
-Sí, precisamente cuando trabajaba en el laboratorio de análisis clínicos, me sorprendí tanto al ver llegar a una hermosa mujercita de 18 años; ella estaba a punto de contraer nupcias, ¿y sabes a quién me refiero, a Ofelia Medina?, le tomé una fotografía con una cámara Retina.
Por otra parte, una cámara Brownie –usada en la época de los 40’s- ocupó el primer espacio de su vitrina, en donde actualmente aguardan dichos aparatos, listos para ser admirados.
“La mayoría de las cámaras que han sido regaladas por amistades y por personas desconocidas que al tener conocimiento de la colección, me visitan para obsequiármelas, tal es el caso de un señor lagunero de nombre Alberto, residente en los Estados Unidos que cada año me trae una cámara antigua de regalo’’, agregó el entrevistado.
Un amor indescriptible hacia esos aparatos se conserva en el corazón de Héctor Pineda, a las cuales considera sus compañeras fieles porque lo llenan de bonitas satisfacciones al captar irrepetibles detalles propios de la naturaleza, es por ello que a través de esta colección, les rinde un homenaje.