El relajamiento cutáneo se manifiesta a través de plieges en la piel
SUN-AEE
TORREÓN, COAH.- Conoce la estructura de la piel y evita su relajamiento, porque cada una de las capas que la integran contiene elementos únicos que requieren de un tratamiento especial.
El relajamiento cutáneo se presenta cuando la piel se hunde, se pliega y el óvalo del rostro pierde sus contornos, por eso es necesario conocer la estructura de este órgano para prevenir a tiempo los efectos del envejecimiento.
La piel es un órgano vivo, lugar de intercambio y comunicación permanente e intensa entre las células.
Está constituida por cuatro capas sucesivas de estructuras diferentes conocidas como epidermis, unión dermis- epidermis, dermis e hipodermis.
La epidermis (constituida por queratinocitos) es la parte que está en contacto con el mundo exterior, actúa como una barrera para proteger de las agresiones del medio ambiente.
La unión dermis-epidermis o unión dermoepidérmica sirve para dar cohesión y flexibilidad. Esta estructura permite el anclaje de la epidermis en la dermis y cuanto más fuerte sea esta unión, la piel se verá más tensa y firme.
La dermis es la parte principal y más viva. Está constituida por células de forma alargada llamadas fibriblastos, las cuales guardan una estrecha relación con los componentes de la matriz extra-celular.
La hipodermis es la capa más profunda, está integrada principalmente por grasas y actúa como un colchón protector.
Los queratinocitos son actores clave de los mecanismos de antirrelajamiento de la piel. Ellos aseguran la comunicación física entre la epidermis y la dermis por la presencia de hemidesmosomas en la unión dermoepidérmica que permiten el soporte de la piel, sin distinción.
También tienen, mediante una comunicación química, influencia sobre la actividad de las células de la dermis. Esta comunicación está asegurada por la secreción de sustancias mediadoras: La TGFB, molécula que actúa como una señal de antirrelajamiento de la piel y va a inducir la síntesis por el fibroblasto de colágeno IV, principal componente de la unión dermoepidérmica, de la que se conoce su papel esencial como sostén de la epidermis.
Con el tiempo, entre otras manifestaciones conocidas, se observa que los queratinocitos envejecen y pierden su función reguladora de los mecanismos antirrelajamiento de la piel.
Físicamente: Los hemidesmosomas fragilizados se separan de la membrana basal. La comunicación física, de menor calidad entonces, pierde su eficacia. Como resultado, la afinidad de la epidermis por la dermis disminuye.
Químicamente: La actividad de síntesis de los queratinocitos se hace más lenta, la producción de TGFB (señal de antirrelajamiento) se aminora. Menos estimulados, los fibroblastos reducen considerablemente su actividad de síntesis, en particular del colágeno IV, pero también de los demás componentes de la dermis (elastina, colágenos GAG, entre otros). Esta menos densa y pierde sus funciones de armazón de la piel.