ZACATECAS, Zac.- A los 16 años de edad y con sólo un dólar en el bolsillo, Baldomero Barrios Almaraz entró de "mojado" a Estados Unidos por la frontera de Ciudad Juárez.
Hoy, a los 49 años, radica en Chicago, Illinois, y vende diariamente 13 mil tacos y seis mil 500 burritos, además de cientos de chiles rellenos y carnes asadas.
Emigró de su tierra natal, la comunidad Boca de Rivera, en el municipio zacatecano de Villanueva. "No tenía chamba; no había de otra más que irnos. Ha sido muy duro y qué bueno que hemos salido adelante", dice Baldomero, ahora conocido como "El Rey del Taco".
Pese a su éxito económico, el exmojado se considera uno más de entre los casi 300 mil zacatecanos que viven en Chicago y sus suburbios. Y, asegura, no sólo se queda en las palabras, la ayuda para sus paisanos es con hechos.
En las 13 taquerías de su propiedad, entre cocineros y cajeras trabajan alrededor de 200 personas; todas ellas originarias de Zacatecas. "La necesidad sigue igual, cada vez llegan más zacatecanos a Chicago. La diferencia es que actualmente muchos mexicanos nos damos la mano y antes no", dice.
Animado por ese cambio de actitud, "El Rey del Taco" no escatima la importancia económica y política que tienen cada vez más los mexicanos y latinos en Estados Unidos. "Dentro de 20 años vamos a tener el poder en Estados Unidos con un presidente de origen latino", asegura.
Junto con otros paisanos de Villanueva, aparte de las remesas que envían normalmente a sus familiares, entregaron este año 66 mil dólares al programa de "Iniciativa Ciudadana Tres por Uno" para la construcción de la carretera que une Boca de Rivera, su comunidad de origen, con la cabecera municipal.
El programa "Tres por Uno" consiste en que por cada dólar aportado por los 35 clubes u organizaciones de migrantes que hay en Chicago, los gobiernos federal, estatal y municipal aportan cada uno en conjunto otros tres dólares.
"El Rey del Taco" recibió su bautizo como "bracero" en 1971.
Dos veces lo agarró "la migra", pero a mediados de la década de 1970 se casó con una "gringa" para agilizar su residencia. Luego se divorció y volvió a contraer nupcias. En los 80 del siglo pasado obtuvo la ciudadanía estadounidense.
Hace poco más de una década abrió su primera taquería. Hoy sólo esboza una sonrisa cuando se le pregunta sobre las ganancias por vender tacos de sesos, lengua y cabeza en Estados Unidos. En contraste, asegura que el gobierno estadounidense le quita mucho dinero por el cobro de impuestos.
Sin embargo, reitera que poco a poco él y otros zacatecanos han salido avantes en ese país.
Atrás, pero no en el olvido, para "El Rey del Taco" quedaron los años en que trabajó de lavaplatos y cocinero en Chicago. "No me alcanzaba entonces el dinero y tenía que caminar hasta tres kilómetros", recuerda.