TORREÓN, COAH.- Cuando José Antonio Mansur Beltrán decidió emprender la aventura de estar al frente de Vaqueros Laguna, seguramente no pensó que a un mes de terminar la temporada regular su equipo fuera último de la Zona Norte en la segunda vuelta y séptimo en el standing general, sólo arriba de los Broncos de Reynosa.
El antecedente de los Algodoneros de Unión Laguna en los últimos años hacía pensar que la nueva organización tendría un camino sin tantas complicaciones en busca del éxito, el cual este año se traduce en llegar al play off. Aquel 14 de noviembre de 2002 se habló de grandes sueños, de una chequera abundante y sobre todo, de un gran compromiso con la afición, a la que se pretendía entregar resultados inmediatos, sin dejar en segundo término el construir las bases sólidas que sostengan a la organización durante muchos años.
Suena curioso decirlo así, pero lamentablemente hoy los problemas de Vaqueros Laguna no se resuelven con dinero, las carencias de la organización encontrarán una solución favorable con el tiempo, en base al trabajo que se haga para tener día con día más peloteros jóvenes y de calidad. Desde luego, ese esfuerzo cae también en lo económico, sin embargo, la inversión no alcanza el nivel requerido para cubrir una nómina como la del conjunto lagunero en la presente campaña.
Existen un sinnúmero de comentarios sobre el trabajo de José Antonio Mansur Beltrán; al tratarse de un directivo de escasos 31 años de edad, hay comentarios referentes a su novatez y muchos señalan que otros se aprovecharon de la situación. La realidad indica que este directivo llegó a La Laguna cargado de sueños e ilusiones, los cuales en un año era muy complicado hacer realidad.
José Antonio, como él lo señala, ha realizado un esfuerzo sin encontrar los resultados que se pensaron; nativo de Córdoba, Veracruz, José Antonio nació en una familia cien por ciento beisbolera y fue su abuelo, Chara Mansur Julián, el encargado de llevar al núcleo esa pasión que sienten por el “Rey de los Deportes” quienes son verdaderos aficionados.
Seguramente este joven directivo no vio jugar a peloteros de la talla de Juan “Terín” Pizarro, Rico Carty o Silvano Quezada, pero sí es un hecho que en los últimos años ha estado más dentro del beisbol, ya no como un simple aficionado, sino como directivo que desea hacer carrera en una labor complicada, porque aquí también se requiere talento, como en el caso de los peloteros, en donde se encuentran estrellas, algunos muy buenos y otros del montón.
Al hablar de directivos exitosos, la historia del beisbol mexicano registra varios nombres, pero si hablamos de los últimos años, quizá el número uno sea Roberto Mansur Galán, tío de José Antonio y del que mucho deberá aprender el ahora joven presidente de los Vaqueros. Al frente de los Cafeteros de Córdoba se encuentra el padre del directivo vaquero, aunque sin haber alcanzado hasta ahora el éxito del vicepresidente de los Diablos Rojos del México.
Basta platicar con José Antonio Mansur Beltrán para darse cuenta que en él hay conocimientos amplios del beisbol, aunque es indudable que algunas de sus decisiones no fueron las correctas, sin embargo, gusta esa decisión de negar arrepentimiento, porque las cosas se intentan y generalmente se atraviesan situaciones que impiden encontrar los buenos resultados que se desean.
La directiva ha cometido errores, como también se ha dado en el cuerpo técnico y el plantel de peloteros; los mismos aficionados en ocasiones se equivocan en los planteamientos que hacen y ni hablar de la prensa, sobre todo con señalamientos fuera de orden, generalmente hechos sin acudir siquiera al Estadio de la Revolución.
Estamos en un mundo que debe caminar hacia la perfección, a sabiendas de que ese grado nunca se alcanzará; hoy José Antonio Mansur Beltrán tiene un punto de vista sobre la actuación de su equipo, quizá el cuerpo técnico tenga otro diferente, al igual que jugadores, afición y medios de comunicación; todo lo anterior hace aún más bonito el beisbol, en donde los errores no sólo son parte del pelotero y en el terreno de juego.
Hoy en día Vaqueros está fuera de la posibilidad de alcanzar el play off y eso representa una frustración para la gran familia del beisbol en La Laguna; lo interesante será que todos quienes nos hemos equivocado aprovechemos los fracasos para evitar que esas situaciones se repitan. José Antonio Mansur se ha equivocado y como él lo señala, sólo quienes nada hacen permanecen al margen del error, pero lo cierto es que se trata de un hombre de beisbol, que nació en una familia con gran pasión por este deporte y si se mantiene la tendencia al crecimiento, muy pronto llegarán las alegrías que todos desean.