POR VERÓNICA CHÁVEZ
FOTO RAMÓN SOTOMAYOR C.
EL SIGLO DE TORREÓN
Las flores son su adoración. De todas, prefiere la bugambilia y el geranio, y de ellas hay muchas en su hermosa residencia. Las cuida con tanto esmero que su jardín siempre está floreado. También las cactáceas son sus preferidas y a éstas las presume a la entrada de su hogar.
Guapa dama duranguense, Magaly Gámez Navarrete de Necochea posee una de las más bellas casas de Gómez Palacio, que resulta imposible ingresar a ella y no admirarla en su totalidad. En sus principales habitaciones hacen combinación perfecta las flores y plantas con los cuadros de reconocidos pintores y algunos muebles que datan del Siglo XIX. De éstos destacan las sillas austriacas, en las que aún es visible su sello de autenticidad, la sala, el comedor, el trinchero, la consoleta y las recámaras, objetos que poseen un gran valor sentimental, por tratarse de herencia de familia.
“Cuando doña Nazaria Garde de Necochea –abuela de su esposo- se casó, sus padres vivían en La Loma, Dgo., y ellos hicieron traer al fabricante de San Luis Potosí para que le realizara sus muebles con material de bejuco. Nuestras casas en Lerdo eran con techos y ventalanes altos, lo que permitía contar con piezas muy grandes’’, recuerda la señora Magaly de Necochea, a la vez que los muestra como un orgullo de sus antecesores.
Originaria de Ciudad Jardín, al igual que su esposo, Luis María Necochea Sagüi (f), decidieron cambiar su domicilio a Gómez Palacio, después de que contrajeron matrimonio en 1970. Allí adquirieron una casa que ellos la concluyeron a su gusto, para convertirla en la envidia de muchos. Con una decoración sobria, todo está en su justo lugar. “El consejo que siempre nos dicen –en el Club de Jardinería Geranio, al que pertenece desde hace 18 años- , es que menos es más’’.
Sus casi dos décadas en ese Club la han llenado de muchas satisfacciones. Tuvo la oportunidad de ser su presidenta, de obtener importantes premios de jardinería y en la categoría de viñeta, en la cual se califica el arreglo de flores o plantas, como parte de un entorno o rincón del hogar. Pero lo más importante, es que se ha hecho de buenas amigas. “Me gusta mucho socializar con le gente; creo que los seres humanos no somos islas; todos tenemos la oportunidad de derrumbar ciertas paredes –que a veces nosotros mismos nos ponemos- para hacerlas puentes. En cada una de las etapas de nuestra vida, siempre encontraremos personas que nos ayudan con su forma de ser. A mí me gusta aprender de la gente y que ellas aprendan de mí’’.
Su apoyo a las causas nobles
También pertenece al Club Isabel la Católica desde hace 15 años, grupo que actualmente está integrado por aproximadamente 160 damas de la Comarca Lagunera, que tienen un propósito muy definido... ayudar al prójimo a través de la entrega de donativos a instituciones altruitas de la región y a la Beneficencia Española.
Su ingreso fue por invitación de su amiga Herminia Gómez de Borbolla, y su larga y fructífera permanencia le permitió ser presidenta en el año 1990. “Quizá nosotros ayudamos con un granito de arena, pero lo hacemos con mucho cariño’’.
Las reuniones son el primer martes de cada mes, y de las socias, a quienes considera sus amigas, son a Ana Isabel López de Mexsen y a Ana Carmen López, y como ellas dicen: “Somos compañeras de mil batallas, de toda la vida; desde muy jóvenes nos conocemos’’, recuerda Magaly.
Su amistad data desde 1976. “Cuando nuestros hijos eran niños, nosotras estábamos en el grupo Familia Educadora en la Fe en Gómez Palacio e impartíamos clases de catecismo en los salones del colegio Villa de Matel, pues pertenecíamos a la parroquia de La Sagrada Familia, de la colonia Las Rosas’’. En un principio eran únicamente mamás, pero posteriormente se unieron sus respectivos esposos para ofrecer pláticas a sus hijos, ya jóvenes, con el propósito de orientarlos hacia una vida placentera, en todos los ámbitos.
Así concluye el relato de una mujer de firmes principios, de sólidas raíces, que ayuda al prójimo, que fomenta la amistad y el amor como lo más valioso en el ser humano y que... le gustan las flores.