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Una de cal por las de arena

Juan de la Borbolla

El secretario de Gobierno del Distrito Federal Alejandro Encinas se queja de que el paro laboral organizado por el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal obedece fundamentalmente a motivos de índole político electoral, más que a reivindicaciones laborales o a planteamientos sindicales serios y reales. Fundamenta su aseveración en el hecho de que el líder del SUTGDF: José Medel es activo militante del PRI y hasta candidato a diputado plurinominal a la Asamblea del D.F.

A Encinas parece no faltarle razón para aseverar lo anterior, considerando efectivamente que la popularidad del Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador ha llamado la atención de propios y extraños por ir en ascenso, lo cual repercutirá necesariamente en los comicios del próximo seis de julio y en la proyección del político del PRD hacia los procesos electorales presidenciales del 2006.

A eso hay que aunarle el hecho de que las proyecciones electorales para el Distrito Federal basadas en encuestas levantadas por muy diversos organismos señalan que en la capital de la República el PRI podría irse hasta el tercer lugar teniendo pocas posibilidades de triunfos delegacionales o de las diputaciones uninominales.

Pero hay que recordar que una estrategia política basada en el escándalo, las tomas sistemáticas de calles y avenidas para que desquiciando el tránsito se provoque la irritación de los transeúntes en contra del gobierno constituido, en este caso el comandado por el PRD también puede resultar contraproducente para el partido que promueve tales acciones al exasperar la paciencia del electorado en contra de los promoventes del alboroto o al crear una imagen de agresividad implícita de dicho partido obstaculizador del libre tránsito, la violencia y la apuesta por la ingobernabilidad.

No se debe escandalizar el PRD de esa estrategia a todas luces sucia y convenenciera urdida por Medel, sus seguidores y sus consejeros, puesto que ha sido la estrategia que por años ha desarrollado el propio partido del sol azteca principalmente en la capital de la República.

No puede ocultar Encinas y demás altos dirigentes perredistas que han usado y abusado de esa estrategia de las tomas de avenidas con desquiciamiento del tránsito, de la provocación sistemática y grosera a la autoridad constituida bajo los límites cercanos al desencadenamiento de la violencia, razón por la cual el PRD en muchos ambientes sigue siendo considerado un partido peligroso por su anarquismo o cuando menos aliento a movimientos populistas netamente provocadores, como por ejemplo el CGH, los ejidatarios de San Salvador Atenco, El Barzón etc. etc. los cuales por supuesto en este movimiento del SUTGDF no han salido a la calle a protestar como lo hacen siempre.

Pero tampoco legitima a dirigentes del PRI a utilizar la estrategia que en los últimos lustros utilizó el PRD cuando era oposición en el DF y que convirtió a la capital del país en rehén permanente de manifestantes, alborotadores, desquiciadores profesionales de la paz pública, del derecho al libre tránsito y promotores de muchas de las conductas que han provocado que la Ciudad de México sea extremadamente complicada y peligrosa, simplemente por el hecho de que se ha impuesto la ley del más fuerte por el miedo de la autoridad de parecer represor al utilizar siempre que sea precisa la potestad de su mandato.

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