Santiago de Chile, (EFE).- Una guardería de estrellas, con varios bebés estelares de menos de 100.000 años de edad, ha sido descubierta en un brazo de la Vía Láctea, y aporta datos sobre cómo nacen y crecen las estrellas.
Un equipo dirigido por el astrónomo alemán Dieter Nuremberg ha conseguido fotografiar desde el Observatorio Austral Europeo (ESO, en sus siglas en inglés) de Paranal, en el norte de Chile, una región de nuestra galaxia donde las estrellas aún nacían cuando ya el hombre de neardental vagaba por Europa.
El descubrimiento de estos bebés de solo 100.000 años de edad -el Sol tiene ya 4.500 millones de años- ha sido posible, según informa ESO en Chile, gracias a los fuertes vientos solares de las viejas estrellas vecinas que han barrido parte de la nube de polvo que normalmente oculta estos jardines de infancia estelares.
Esta circunstancia ha permitido observar que las estrellas masivas del complejo "NGC 3603", una nube vecina a solo 22.000 años luz de nosotros, nacieron y aún están creciendo debido a la concreción de polvo interestelar, y no por colisión.
Los "bebés" ya son diez veces mayores que nuestro Sol, lo que es habitual ya que nuestra estrella es muy pequeña comparada con la media, y crecen a razón de una masa terrestre por día.
Su brillo intrínseco es 100.000 veces mayor que el del Sol y aún están rodeadas del resto de la nube de polvo que las formó, transparente para los telescopios humanos gracias al viento solar vecino.
Hasta ahora, los cosmólogos explicaban con seguridad el nacimiento y evolución de las estrellas pequeñas, como nuestro Sol, a partir de la concreción de polvo interestelar en un pequeño núcleo que forma primero un disco ecuatorial.
Este disco va arrastrando el material circundante, normalmente, como en el caso de nuestro Sol, constituido por los restos de estrellas que ya murieron, y por gravedad va cayendo al núcleo hasta que su masa es lo suficientemente grande para iniciar la combustión nuclear.
Sin embargo, en el caso de estrellas masivas, los cosmólogos aún dudan sobre este modelo o el de la colisión, que supone el nacimiento de las grandes estrellas a partir de otras más pequeñas o cuerpos sólidos no estelares que van aumentando su masa.
En otras regiones del espacio donde se han descubierto anteriormente estrellas masivas muy jóvenes, la densidad del polvo interestelar que las rodeaba impedía saber si en la proximidad de cada una de ellas existían estrellas más pequeñas que explicasen el nacimiento de sus hermanas mayores.
En esta ocasión, en la transparente NGC 3603 no se observan cerca de las grandes estrellas otros cuerpos menores.
Los grandes bebés de la NGC 3603 muestran que no es necesario un proceso de colisión para formar grandes estrellas, cuerpos que, por otra parte, viven menos que los soles de menor tamaño porque queman su combustible nuclear a mayor velocidad.
Las fotos de la nube estelar y las grandes estrellas recién nacidas se encuentran en el sitio web http://www.eso.org/outreach/press-rel/pr-2003/pr-15-03.html.