Haciendo los preparativos para salir de vacaciones al siguiente día, el menor de los hijos de la familia González Rivera comenta inquieto: “El gas se terminó, mamá. Ya casi no hay nada en la alacena”. Mientras, el jefe de la familia junta algunas alhajas que siempre los sacan de apuros. Se dirige al Monte de Piedad y, después de algunas horas, regresa a su hogar con la noticia: “Sí nos vamos”.
En las filas de la sucursal 23 del NMP, localizada en avenida 20 de Noviembre esquina con calle Carlos León de la Peña, el señor Evaristo González se dio cuenta de que el grueso de los 450 pignorantes que acuden diariamente a ese lugar pretende salir a vacacionar el fin de semana o, cuando menos, sacar a la emocionada familia a algún paseo, aunque sea más corto y menos costoso.
Según datos de la gerencia, 8 de cada 10 personas que se presentan en este Montepío no llegan cargando pesadas ni voluminosas prendas, como la señora Socorro, quien acompañada de su nieto llevó un televisor de 20 pulgadas para poder pasar la quincena después del gasto que hará el sábado para ir a un balneario.
La proporción de bienes que son empeñados en esa institución es desequilibrada. Un 80% corresponde a alhajas y pequeñas prendas valiosas, como relojes, cadenas, anillos, esclavas y prendedores. El 20% restante al rubro de varios, donde pueden incluirse prendas de vestir, teles, videocaseteras, DVD’s, juegos de video, línea blanca e incluso automóviles.
Poca gente como el señor Lucio Jiménez, quien llegó al Monte de Piedad desde la periferia sur de la ciudad, está desempeñando sus prendas en esta época. “Es que los niños están de vacaciones y se aburren. Por eso ya me hicieron que viniera por la tele”, explica.
La gerente Cecilia Campos Alemán aclara: “Desde el fin de semana pasado a la fecha la afluencia diaria giró alrededor de los 400 a 450 pignorantes. Es casi el promedio normal de los meses bajos. Sin embargo, esperamos que puede rebasar los 750 diarios a partir del próximo lunes 21 de los corrientes”.
Durante lo que resta de la Semana Santa -jueves, viernes y sábado- no estará abierto el establecimiento de empeño y préstamo, por lo que varias familias que tienen la intención de hacer un viaje o un paseo aprovechando los días de asueto, están buscando la manera de hacerse de recursos para poder ir, tal vez no holgadamente, pero al menos sí con más tranquilidad.
Para Soledad Martínez, el cansancio al llegar, después de haberse bajado del taxi que le cobró 30 pesos por llevarla desde su casa, en el poblado de La Ferrería, hasta el NMP, en el centro de la ciudad, en vez de ser menor se sintió con mayor fuerza dentro del inmueble del Montepío que desde hace dos años está siendo remodelado.
Los casi 30 grados centígrados que sofocaban la zona céntrica de la capital aproximadamente a las 13:00 horas, se hacían presentes en filas que despachan un promedio de un pignorante cada minuto.
Luego del avalúo, el siguiente trámite es el cobro y al salir toparse con la hilera de coyotes, que a ratos puede generar incluso desconfianza porque casi quieren arrebatar las boletas de empeño a la gente, ofreciéndoles 30, 50, 70, 100 pesos, dependiendo del bien empeñado que se trate.
Pero al regresar a casa, la felicidad momentánea de la familia hace que se olviden de lo que ocurrió las horas pasadas. El dinero llegó al hogar, aunque sólo sea una mejoral. Y ahora sí, es muy probable que se hagan realidad los planes de viajar.