SALTILLO, Coah.- Ante los asistentes al Primer Congreso Regional de Epilepsia, fue presentada una nueva opción en México para el tratamiento de la epilepsia. Se trata de un minúsculo aparato generador de impulsos eléctricos, que empleando la cibernética reduce significativamente las crisis epilépticas. De 1997 a la fecha, más de 18 mil pacientes han sido tratados con éxito mediante este sistema. En México, se registran 21 tratamientos desde agosto de 2001.
Esto fue dado a conocer por el doctor Mario Alonso Vanegas, neurocirujano de Médica Sur, de la capital del país, y el ingeniero Jorge Carabias Anzorena, representante de la firma que comercializa en México el Sistema de Prótesis Neurocibernética (NPC).
Según explicaron a EL SIGLO y a los especialistas reunidos en dicho congreso, que el NCP es un tratamiento antiepiléptico que se basa en la estimulación del nervio vago, y consiste en la implantación de un generador cibernético eléctrico, que se incrusta mediante una operación de dos horas en el lado izquierdo del pecho, cerca de la axila, y funciona de manera programada o provocada.
El aparato cabe perfectamente en la palma de la mano, es circular y su circunferencia es de 3 centímetros; su peso es de 25 gramos; es sumamente delgado y la pila con que funciona dura entre 8 y 12 años.
El NPC cuenta con dos electrodos para la estimulación del nervio vago al nivel cervical izquierdo. Funciona mediante estimulación automática, que es programada de acuerdo a la dosis prescrita por el especialista, y trabaja sin la intervención del paciente.
El segundo método de funcionamiento, es el de estimulación provocada, que es cuando el paciente siente que sufrirá un ataque, momento en el cual el enfermo pasa un imán especial sobre su NPC para activar el generador, con lo que se inicia la descarga de impulsos eléctricos de estimulación nerviosa.
EL NPC, puede considerarse como “el marca pasos de los epilépticos”, aunque el aparato de los epilépticos funciona mediante la estimulación eléctrica del nervio vago, con lo que se reduce la fuerza, duración y frecuencia de los ataques hasta en un 80 o 90 por ciento.