SUN-AEE
PARÍS, FR-. El diseñador francés Emanuel Ungaro se inclinó ante los íconos de glamour de Hollywood, con una colección de alta costura de trémulos vestidos de cóctel y destellantes trajes de noche apropiados para Ava Gardner.
“Abróchense los cinturones; ésta va a ser una noche movida”, expresó la voz de Bette Davis a través de los altavoces, mientras las modelos en trajes elegantes emergían de un pabellón estilo Art Decó.
Los invitados se reunieron en un teatro cerca del Arco del Triunfo en París para el show, en el tercer día de las colecciones otoño-invierno, que también tenía previsto presentaciones de Valentino y Jean-Paul Gaultier.
Ungaro, conocido por apilar patrones y telas en una mezcla barroca, abrió con una serie de impecables trajes de sastre en crema, negro o rojo intenso, que hizo recordar sus primeros años como asistente en Balenciaga.
Una chaqueta negra de lana, con mangas en forma de alas de murciélago con un cuello encrespado, era sujetado con un lazo en el cuello. Delgadas chaquetas presentaban hombros en forma de pico con mangas como pagodas, con un curioso adorno de lentejuelas.
La simplicidad dio paso pronto al glamour de la era del jazz, luego de que Ungaro esparciera chaquetas y faldas con lentejuelas brillantes bordadas en formas inspiradas por los pintores pioneros del arte abstracto Wassily Kandinsky y Sonia Delaunay.
“Como un poema”
Círculos en vibrantes formas de coral, girasoles o jade hacían guiños desde una holgada chaqueta de seda estilo bolero, colocada sobre un mono de terciopelo negro en un patrón gráfico de Art Decó de líneas y círculos.
Los vestidos de cóctel, en elegante seda con modelos de flores, se adherían a cada curva. La supermodelo retirada Helena Christensen, en una rara aparición en las pasarelas, brilló en un vestido muy ceñido con lentejuelas color cobre bordadas en el traje.
“La primera parte es intencionalmente sobria, intencionalmente como redescubrir tus recuerdos”, dijo Ungaro a los periodistas en los camerinos.
“Luego, es una locura, y esa es mi ambigüedad, esas contradicciones permanentes que se abrazan entre sí maravillosamente. Dado que regularmente me critican por querer apilar demasiadas cosas a la vez, lo dije simple, como un poema”, agregó.
El cambio en el tono fue apropiado, en momentos en que el sector de bienes lujosos está luchando por asimilar el impacto de la continua incertidumbre económica, la guerra de Iraq y la epidemia del SARS.
La alta costura, una actividad con pérdidas, cuyo principal propósito es generar publicidad para las grandes casas de moda como Christian Dior y Chanel, está en peligro de convertirse en algo obsoleto.
Los diseñadores en París han respondido absteniéndose de artilugios para enfocarse en la brillante destreza de los equipos de costureros, bordadores, sombrereros y expertos en pieles, quienes pasaron hasta 500 horas en un sólo traje de diseño hecho a la medida.
Hay algunos clientes, por supuesto, cuyo presupuesto de vestuario es a prueba de recesión. Un caso es la esposa de un multimillonario, Suzanne Saperstein, quien se sentó en la primera fila haciendo marcas en su lista de deseos.