Los inspectores municipales son pocos y su sueldo es insuficiente en la actualidad, afirmó el líder de la Federación Estatal de Comerciantes en Vinos, Licores y Cerveza, José Aarón Ravelo Tinoco. Lejos de negarlo, el jefe de inspectores, Héctor Partida Romero, confirmó esa declaración a El Siglo de Durango: “He insistido en más personal y mejores sueldos, pero lamentablemente la situación del Municipio no lo ha permitido”.
Tanto las autoridades de la Dirección de Inspectores Municipales, como los expendedores de vino y los dueños de bares y cantinas, coincidieron en que algunos de los principales obstáculos que se presentan para combatir el clandestinaje en Durango son tres, básicamente, aunque se dan muchas otras contrariedades en esta actividad.
Uno es el insuficiente personal en la dependencia municipal de inspección. Otro, los bajos sueldos que estos trabajadores perciben, facilitando así la corrupción. El tercero, la falta de coordinación entre las autoridades de seguridad de los tres niveles de gobierno, quienes pudieran involucrarse en el abatimiento de la venta clandestina de bebidas con contenido alcohólico.
Pablo Esparza Cháidez, presidente de la Unión de Expendedores de Vinos de la Canaco, afirma que el consumo de bebidas alcohólicas por las noches es ya una realidad; es decir, no habría por qué temer que éste se incremente con la liberación de los horarios. Al contrario, apuntó que si esta disposición sigue sin otorgársele al comercio formal de bebidas alcohólicas, se corren más riesgos de seguridad, de evasión fiscal y de salubridad (la calidad de los productos sería dudosa por falta de vigilancia de la autoridad).
Partida Romero dice que la dependencia a su cargo ha levantado unas 100 actas contra ‘ventanas clandestinas’ en lo que va de la actual administración. Sin embargo, asume que el clandestinaje como tal no se da únicamente en ese tipo de lugares, sino también en campos deportivos, a través de teléfonos celulares y en los propios comercios establecidos. Ante esa situación, establece categórico que no se dan abasto, pues esta ilícita actividad no es la única que les corresponde hacer, ni son la única institución que tiene facultades para llevar a cabo tal combate.
Para José Aarón Ravelo, el problema se resuelve con la liberación de los horarios, el fortalecimiento de Inspectores y la coordinación de éstos con PC, Policía Ministerial e incluso la Agencia Federal. “Al momento de cerrar una ventana clandestina por parte de la Dirección de Inspectores, se abren una o dos a los alrededores de la misma, y por ser nuevas son difíciles de detectar. Por lo tanto, sugerimos a las autoridades que se incremente el Cuerpo de Inspectores para apoyar el programa Cero Tolerancia contra el clandestinaje”.
El funcionario responsable de inspección municipal remarcó que en nueve meses al frente de la dependencia ha cerrado o cuando menos infraccionado un promedio de dos ‘ventanas’ por semana, lo que da un total aproximado de 70 en ese lapso. “Tengo 43 inspectores a mi cargo. No es suficiente. Necesitamos ayuda de la sociedad a través de la denuncia ciudadana, así como también más personal”.
Esparza Cháidez, de la Unión de Expendedores adherida a Canaco, agregó que si continúa el clandestinaje “es porque salen ganancias tan fructíferas para los dueños de esos lugares, como para poder pagar todo”.
Las insuficiencias de Inspectores
Son 43 elementos en Durango.
Ganan 2 mil 200 pesos a la quincena.
No hay coordinación con otras corporaciones.
Por cada ventana que cierran, se abre una o dos más a los lados.
Atacar el clandestinaje no es la única actividad que realizan.
Tampoco son los únicos responsables de hacerlo.
Fuentes: José Aarón Ravelo T., Héctor Partida Romero y Pablo Esparza Cháidez.